¿Qué ocurriría si se pidiera a los multimillonarios del mundo entero que aportaran por lo menos el uno por ciento de su riqueza como impuesto internacional para el desarrollo?
La pregunta se plantea en un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se ha presentado este jueves, que se lamenta de que muchas naciones donantes continúan sin cumplir su compromiso de financiar los objetivos de desarrollo aportando el 0,7 por ciento de su producto interior bruto (PIB).
«Es tiempo de buscar otras maneras de hallar recursos para financiar las necesidades de desarrollo y abordar los crecientes desafíos mundiales, como el combate contra el cambio climático», dice Rob Vos,principal autor del «Estudio económico y social mundial 2012: En busca de nueva financiación para el desarrollo». Que se ha presentado en el marco del Foro sobre Cooperación para el Desarrollo, que finaliza este viernes en la sede de la ONU.
En su análisis, Vos y sus colegas sugieren que un impuesto del uno por ciento sobre 1.000 millones de dólares puede ayudar a obtener mejores resultados en relación a la financiación de las iniciativas de desarrollo internacionalmente acordadas.
Actualmente, hay por lo menos 1.225 multimillonarios en 58 países, según la revista Forbes. Solo en Estados Unidos viven más de 400. El informe mundial dice que se necesita urgentemente hallar nuevas fuentes de apoyo al desarrollo porque muchos países donantes no han cumplido sus promesas, y la situación está empeorando por la prolongada recesión económica.
Según la ONU, faltan 167.000 millones de dólares de asistencia oficial al desarrollo, lo que dificulta el trabajo de las agencias involucradas en conseguir los objetivos contra la pobreza, las enfermedades mortales y el cambio climático.
De ahí que, aparte de un impuesto internacional, la ONU proponga otras formas para los recursos que puedan fortalecer las acciones internacionales en pro del desarrollo sostenible, como gravar las emisiones de carbono, el tráfico aéreo y las transacciones financieras y de divisas.
La ONU dice que quiere recaudar más de 400.000 millones de dólares anuales para afrontar desafíos de desarrollo mundiales, como el combate contra el cambio climático. Pero cada vez es más difícil que los gobiernos aporten esa cantidad.
Estudios de la ONU muestran que una gran cantidad de países en desarrollo están muy rezagados en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, principalmente porque les faltan recursos financieros y asistencia de las naciones donantes.
Los investigadores dicen haber sido testigos de algunos casos de éxito en relación a programas mundiales de salud que aspiraban a brindar vacunas y tratamientos para el sida o la tuberculosis a millones de personas en el mundo pobre, pero a esto se suma que esas
iniciativas rara vez generan financiación adicional a la tradicional ayuda al desarrollo.
Los países donantes no cumplen totalmente sus compromisos de asistencia, y la ayuda al desarrollo decayó el año pasado a causa de los recortes presupuestarios, que aumentaron esa escasez, señala Vos que añade que los donantes «deben cumplir sus compromisos».
Los expertos que llevaron a cabo la investigación consideran que sería posible recaudar unos 400.000 millones de dólares cada año gravando las emisiones de dióxido de carbono en los países industrializados. Un impuesto de 25 dólares por tonelada permitiría reunir unos 250.000 millones de dólares anuales, que cobrarían las autoridades nacionales pero que se asignarían a la cooperación internacional.
El estudio también recomienda, entre otras medidas, un diminuto impuesto a las divisas, del 0,005 por ciento en todos los intercambios de cuatro monedas -dólar, euro, yen y libra esterlina-, eso podría generar unos 40.000 millones anuales para la cooperación internacional.
Esos impuestos también tienen sentido desde el punto de vista económico, dado que estimulan el crecimiento verde y mitigan la inestabilidad del mercado financiero, dice Vos.
Que está convencido de que nuevos mecanismos de financiación como esos ayudarán a los países donantes a superar sus antecedentes de promesas incumplidas.
Para Sha Zukang, secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Económicos y Sociales «El estudio hace importantes sugerencias para generar sólidos apoyos financieros para las acciones que se deben adoptar en el marco del acuerdo alcanzado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, Río+20».
La investigación destaca que el diseño de mecanismos adecuados de gobernanza y asignación de fondos es crucial para cumplir las necesidades de desarrollo y contribuir con la financiación de la agenda de desarrollo posterior a 2015.
En los últimos años se han puesto en marcha varios mecanismos innovadores de financiación para el desarrollo, principalmente en el área de la salud. El estudio confirma que han ayudado a mejorar la eficiencia de la ayuda y que han contribuído a finnciar el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.
Sin embargo, y según los investigadores, los fondos canalizados a través de estos programas procedieron principalmente de los presupuestos ya existentes, en vez de generar recursos adicionales.
En total, desde 2006 se han canalizado 5.800 millones de dólares a través de estos mecanismos innovadores, pero solo unos pocos cientos de millones de dólares pueden contabilizarse como adicionales a la asistencia que ya había.
Hay una necesidad urgente de obtener recursos adicionales, y proponer un impuesto internacional para el desarrollo es una vía, señalan. La duda es si ese impuesto a los multimillonarios sería factible.
«Nosotros lo hemos sugerido, (aunque) técnicamente será muy difícil» conseguirlo, nos dijo Vos.