Un equipo español de biólogos ha identificado y evaluado de forma remota ecosistemas en los que viven y crían el buitre leonado y el alimoche común en un área de 7.000 kilómetros cuadrados en la cordillera cantábrica. Lo han hecho utilizando por primera vez Google Street View en Internet, el trabajo aparece publicado en la revista PLOS ONE.
Los científicos han probado el potencial de esta tecnología para estudiar los cortados rocosos en los que habita el buitre leonado (Gyps fulvus) y el alimoche común (Neophron precnopterus). En concreto, han identificado hasta un 66% de los cortados de nidificación de estas especies y han obtenido datos sobre el tipo de sustrato rocoso, la presencia de cuevas en las que anidan, de vegetación o manchas de excrementos.
La destrucción y degradación de los hábitats naturales es una de las principales causas de la extinción de especies. Por ello, los científicos llevan años centrando su interés en identificar y evaluar la cantidad y calidad del hábitat disponible. Tecnologías como la teledetección por satélite o las fotografías aéreas han facilitado hasta ahora la obtención de información de ecosistemas en áreas extensas y de forma remota.
«No obstante, en algunos casos, la caracterización de ciertos tipos de hábitat resulta todavía muy laboriosa, requiriendo costosos estudios de campo, especialmente si se abarcan áreas extensas» detalla unos de los científicos del estudio, Pedro Olea.
Debido a su estructura vertical, los cortados rocosos constituyen uno de estos casos. Son ecosistemas muy ricos en biodiversidad, pero su estudio constituye todo un desafío para los científicos y gestores, a pesar de la existencia de tecnologías avanzadas como la teledetección por satélite.
Google no solo lo sabe todo, también lo ve todo. Posee una herramienta precisa Google Street View incorporada en Google Maps y Google Earth a la que se puede acceder de forma gratuita a través de Internet. Permite observar imágenes georreferenciadas, con sus coordenadas geográficas, en color y de alta resolución en una visión continua de peatón a lo largo de calles y carreteras. Hasta ahora no se había probado con fines científicos en ecología y otras áreas afines.
«La incorporación de esta herramienta permitió reducir tanto el tiempo empleado en un 36% de media como el dinero necesario en un 49,5% si lo comparamos con el mismo estudio basado en visitas de campo con vehículo en esta región de la cordillera cantábrica», dice otra de las autoras del trabajo, la investigadora Patricia Mateo‐Tomás.
El estudio señala también que, a la hora de identificar los cortados rocosos, la herramienta de Google tiene una precisión del 100%, mientras que los mapas derivados de modelos digitales del terreno localizan entre un 62% y un 95% de los cortados. Además, ha permitido obtener información detallada de otros parámetros como sustrato, vegetación, cuevas y excrementos de entre el 28% y el 100% de los cortados de cría de los buitres.
«La ampliación del área actualmente cubierta por Google Street View, recorriendo incluso pistas y caminos asegura un incremento de sus aplicaciones no solo en el estudio y caracterización de hábitats naturales sino en muchos otros campos», concluyen los investigadores.