S&P había amenazado el pasado diciembre con revisar a la baja la calificación de toda la zona euro y ahora cumple la amenaza. Considera que los líderes europeos no han sabido poner freno a la crisis de deuda.
El gobierno francés no ha podido impedir lo que más temía en su precampaña electoral, la pérdida de la triple A, que garantiza la máxima solvencia y ve rebajada su nota a AA+, igual que Austria, en ambos casos con perspectiva negativa.
La agencia rebaja dos escalones la calificación de España, desde AA- hasta A, cinco posiciones por debajo de la máxima. También la de Italia, hasta BBB+, igual que la de Irlanda ahora, y la de Portugal, que queda en BB. Una posición baja la deuda de Chipre, Malta, Eslovaquia y Eslovenia. Se mantienen con AAA Alemania, Finlandia, Holanda y Luxemburgo.
S&P cree que las medidas adoptadas en el último Consejo Europeo «podrían no ser suficientes» para atajar la crisis de la deuda soberana en la eurozona y que la previsible recesión empeorará las cosas, cuando no se ven perspectivas de crecimiento. Hay además de sombras económicas, crítica política, porque la agencia califica de «abierta y prolongada» la disputa entre los países de la moneda única para resolver la situación.
La noticia, filtrada durante la tarde, antes de ser oficial, no ha tenido grandes repercusiones en las Bolsas pero ha caído como un jarro de agua fría en la Comisión Europea, que airea los acuerdos de diciembre como el principio del fin de la crisis.
«Lamento la decisión inconsistente de Standard & Poor's en relación a la calificación de la nota de varios Estados miembros de la eurozona en un momento en el que el área de la moneda común está tomando medidas decisivas en todos los frentes de su respuesta anticrisis», dice en un comunicado el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.
Esta es la cuarta vez en tres años que S&P rebaja la calificación de la deuda española y desde el ministerio de Economía y Competitividad se ha dicho que es «una herencia del pasado», pero se insiste en el compromiso adquirido de equilibrio presupuestario y de reformas estructurales.
En Francia se temen más las consecuencias políticas que las económicas. La pérdida de la triple A crediticia, a cien días de las elecciones presidenciales, rompe la estrategia de Sarkozy para salvar la cara de la economía del país. Sin embargo, parece que los mercados ya habían descontado la rebaja anunciada por la agencia estadounidense. El minsitro francés de Economía, François Baroin, ha afirmado: «Es la paradoja de esta crisis. Francia nunca ha pagado tan poco por su deuda desde la creación del euro».