Pocos reconocen en Europa que exista un rechazo racista hacia los gitanos, pero la realidad es otra. El 68 por ciento de los gitanos confiesa haber vivido alguna situación de discriminación en algún país de la UE.
La presidencia semestral española está impulsando un cambio en la legislación europea para evitarlo e implicar a todas las administraciones en el proceso. El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, anunció ayer en el Parlamento europeo que el Trío de Presidencias (España, Bélgica y Hungría) promoverán la aprobación de una directiva integral por la igualdad de trato esencial para aquellos colectivos que sufran discriminación y, por tanto, en concreto, para la comunidad roma...Se tiene que adoptar un plan de trabajo para que se aborden problemas como los alumnos que van a escuelas especiales, y también en relación con la vivienda, la salud y el acceso al empleo por cuenta ajena.
Los grupos socialista y verde de la Eurocámara constatan que los gitanos se enfrentan a una discriminación explícita e implícita en forma de violencia racista, proclamas de incitación al odio, segregación en la vivienda y la educación y desalojos forzosos. A ello hay que sumar otra discriminación menos visible que se plasma en un acceso desigual a los servicios públicos y a las prestaciones sociales.
La ponente para una futura estrategia comunitaria sobre inclusión del pueblo romaní, la europarlamentaria húngara del grupo del Partido Popular Europeo, Lívia Járóka, opina que la inclusión de los gitanos no es sólo una cuestión moral, sino que también pone en juego los intereses económicos de los Estados miembros, por la proporción de romanís que forman parte de la población activa.
La UE no tiene una política específica para los gitanos
Para los eurodiputados, la financiación comunitaria tiene un impacto limitado sobre la realidad económica de la comunidad romaní. La UE lleva a cabo una política de integración de los gitanos, pero no de una forma integral, sino que se supone que presta atención a esta comunidad a través de los fondos de ayuda habituales, Fondo Social Europeo, FEDER, el Programa Progress o los programas de de aprendizaje permanente, juventud, cultura, salud, etc.
La Unión Romaní, que agrupa asociaciones de gitanos de toda Europa denuncia la discriminación generalizada a la que se ven sometidos los gitanos, casos de limpieza étnica, violencia racista y diferencias de criterios jurídicos entre los socios de la UE que, en muchos casos, se traducen en una cierta sensación de impunidad ante los actos violentos contra las minorías.
Según los datos de la Unión Romaní viven en la UE diez millones de gitanos,de los 12 millones que se calcula que hay en el mundo, la mayoría en los países del Este. Tres millones viven en Rumanía. En España se calcula que hay más de medio millón de gitanos.
Sus aspiraciones pasan también por la integración, pero sin renunciar a su identidad propia. Piden que exista una Carta Europea de los derechos de los Romà,que se facilite el acceso de los gitanos a los servicios sociales, que se revisen las políticas de asilo y migración... Pero también reivindican que su lengua, el romaní, sea considerada uno de los idiomas minoritarios europeos y que la cultura romaní sea objeto de atención también de las instituciones comunitarias.
Algo de eso debería verse los próximos 8 y 9 de abril en Córdoba, durante la Segunda Cumbre de Políticas europeas sobre la población gitana. euroXpress