GAZA, Palestina, (IPS) - El 17 de noviembre, a la mitad del ataque que duró ocho días contra este territorio palestino, el viceprimer ministro de Israel, Eli Yishai, llamó públicamente al ejército de su país a «reventar Gaza hasta dejarla como en la Edad Media, destruir toda la infraestructura, incluidos caminos y cañerías de agua».
Al día siguiente, Gilad Sharon, hijo del ex primer ministro Ariel Sharon, llamó a Israel a «allanar barrios enteros. Arrasen con toda Gaza. Que no quede electricidad, ni gasolina ni vehículos en movimiento, nada». «No hay caminos intermedios: o los gazatíes y su infraestructura pagan el precio o reocupamos toda la franja de Gaza», sentenció.
Casi un mes después de firmado el alto el fuego entre Israel y Hamás, que controla la franja de Gaza, las autoridades locales y organizaciones internacionales no dan abasto a evaluar los daños causados por el bombardeo.
Las estimaciones preliminares indican que las pérdidas ascienden a 250 millones de dólares, con otros 700 millones en daños directos, según el portavoz del gobierno de Hamás, Taher al Nanu.
En términos más tangibles, la vasta destrucción incluye puentes, miles de viviendas, cientos de refugios de la Organización de las Naciones Unidas, decenas de mezquitas, muchos edificios del gobierno y de medios de comunicación, instituciones financieras, hospitales y centros de salud, dos estadios, un centro de entrenamiento para deportistas discapacitados, red de agua, saneamiento y electricidad, más de 100 escuelas, túneles subterráneos que conectan Gaza con Egipto e innumerables caminos.
Durante el bombardeo, la cadena de noticias qatarí Al Jazeera informó de que 400.000 personas estaban sin electricidad debido a que cinco transformadores habían resultado dañados.
Tras el alto el fuego, la dimensión de los daños en el tendido eléctrico se hizo evidente. Otros 32 transformadores distribuidos por toda la franja fueron destruidos o quedaron dañados, según la Corporación de Distribución Eléctrica de Gaza (GEDCo, por sus siglas en inglés). «Volvimos a conectar todas las líneas afectadas durante los ataques. Pero debemos corregir las reparaciones temporales porque no se hicieron de acuerdo a los estándares técnicos», indicó Usama Dabbour, del departamento de relaciones externas de GEDCo.
«Todavía hay unas 5.000 personas sin electricidad en toda la zona fronteriza. No podemos conectarlos porque sigue siendo muy peligroso ir allí a pesar del cese del fuego», explicó.
Los daños incluyen cables rotos, postes caídos, vehículos de GEDCo destruidos y un depósito de la compañía bombardeado. «Tenemos 5,5 millones de shequeles en daños directos y 7.700 millones de shequeles en indirectos», precisó Dabbour.
No es la primera vez que el ejército de Israel arremete contra la red eléctrica de Gaza. «Cada vez que bombardean Gaza, dañan la red eléctrica», indicó.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el bombardeo israelí que duró tres semanas entre 2008 y 2009 representó 10,4 millones de dólares en daños a la red eléctrica.
Desde el bombardeo de la única planta de generación eléctrica de Gaza en 2006, toda la franja sufre apagones programados y por sorpresa, algunos duran a veces 18 horas seguidas. La red de agua y saneamiento también colapsó bajo las bombas israelíes.