Gaza, (IPS) - «Queríamos hacer algo para llamar la atención sobre la difícil situación de los presos políticos palestinos, 5.000 de los cuales están en cárceles israelíes, algunos en huelga de hambre y otros son niños y mujeres», señala Mohannad Barakat, de 30 años. Barakat es uno de los siete gazatíes que hicieron la versión palestina del popular videoclip de la canción de música electrónica «Gangnam Style», del artista surcoreano PYE, para mostrar la dura realidad de los gazatíes.
Pero la versión gazatí muestra la cruda realidad que padece la población palestina bajo la ocupación de Israel y el estricto bloqueo al que está sometida la franja de Gaza desde hace años. «Queríamos contarle al mundo las circunstancias imposibles bajo las cuales vivimos, que nuestro aeropuerto fue destruido, que nuestros pescadores no pueden adentrarse en el mar, que la mitad de nuestra población no tiene trabajo, que usamos túneles en vez de pasos fronterizos y burros porque el combustible es escaso».
La versión gazatí del vídeo musical subraya algunos de los problemas más acuciantes de Gaza como los cortes de energía eléctrica, la escasez de combustible, la falta de libertad de movimiento y el desempleo. Vestidos de negro y con las cabezas cubiertas con kufiyyas, el tradicional pañuelo blanco y negro, cinco hombres y dos niños bailan una fusión de Gangnam style y dabke, la danza enérgica típica de muchos países árabes.
El vídeo de cuatro minutos y medio muestra la costa de Gaza, contaminada por el vertido diario de 90 millones de litros de aguas sin saneamiento, las gasolineras sin combustible, los túneles utilizados como cruces fronterizos por donde ingresan los materiales de construcción prohibidos por las autoridades israelíes y varias veces bombardeados. La explosión que aparece en el vídeo original es muy adecuada para la versión palestina, pues hubo dos grandes ofensivas israelíes contra la franja de Gaza en los últimos cuatro años, además de otros numerosos ataques, previos y entre ambas incursiones. Los gazatíes están demasiado familiarizados con los bombardeos.
Wassim Abu Shabaan, de 10 años, es uno de los niños que aparecen en el vídeo, pero también uno de los miles cuyas casas fueron destruidas por los bombardeos y las excavadoras israelíes en estos últimos años. «Toda la casa fue destruida, todo quedó destruido, nuestro ordenador, mi habitación, nuestra ropa, todo», explica el niño, refiriéndose al bombardeo israelí de 2009. «Los niños palestinos pueden reconocer un avión de combate F-15 y un F-16, y los drones (no tripulados) con misiles y los de vigilancia por su sonido», indica Mohannad Barakat.
En el ataque israelí de noviembre de 2012, los aviones de combate bombardearon el estadio palestino, uno de los pocos lugares para espectáculos deportivos y donde entrenaban los atletas discapacitados. Gangnam Gaza Style muestra la destrucción del recinto con los cinco hombres y los dos niños entrando en él con pelotas de fútbol en la mano y descubriendo las ruinas.
El Programa de Salud Mental de la Comunidad de Gaza constató en 2009 que el 91 por ciento de los niños y las niñas gazatíes padecían estrés postraumático de moderado a severo. Los menores constituyen alrededor de la mitad de los 1,7 millones de habitantes de la franja. «A todos nos afectó el sitio y los multiples ataques militares de Israel. Todos tenemos problemas psicológicos por vivir en estas circunstancias. No nos habíamos recuperado de la ofensiva de 2009 cuando vinieron los ataques de 2012», apunta Barakat.
La infraestructura gazatí tampoco se había recuperado de los ataques ni del sitio. Los hospitales afrontan una constante falta de medicamentos esenciales y otros suministros, y las escuelas sufren una grave superpoblación. La mayoría de estas funcionan en doble y hasta triple turno para poder atender a todos los estudiantes.
Desde 2006, cuando Israel bombardeó la única planta de generación eléctrica de Gaza, toda la franja se quedó sin electricidad, en los peores años con cortes de 18 a 20 horas diarias y ahora con interrupciones programadas de ocho horas con luz y ocho a oscuras. «Estamos en el siglo XXI, pero Gaza sigue casi sin electricidad», explica Barakat. «El uso de velas y generadores en el interior de las viviendas durante los cortes de energía ha causado numerosos incendios y muertes por envenenamiento con monóxido de carbono en los últimos años».
Ahora este territorio tiene otro gran problema, que es la falta de gas para cocinar, la gravedad aumenta en especial en los duros meses de invierno cuando los alimentos y las bebidas calientes ayudan a compensar la falta de calefacción en las casas que no suelen tener buen aislamiento. El problema del tratamiento de del agua aún no está resuelto, por la falta de materiales de construcción para ampliar las vetustas instalaciones. La combinación de cortes de energía y, en especial, la falta de agua potable son los principales elementos que contribuyen a una crisis hídrica en Gaza, donde el 95 por ciento del agua no se puede beber, según estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas en 2012, «Gaza 2020: ¿un lugar habitable?» prevé que el acuífero, ya sobreexplotado y con poco agua, dejará de ser una fuente de abastecimiento en 2016. Desde 2008 murieron por lo menos 81 pacientes por demoras en traslados médicos, según un informe de la OMS. Por su parte, las autoridades palestinas informaron en 2012 que 400 pacientes con problemas de riñón estaban en riesgo por falta de equipos esenciales para diálisis. La organización británica Asistencia Médica para los Palestinos (MAP- UK) informa que el 10 por ciento de niños y niñas menores de cinco años sufren desnutrición crónica y que la anemia prolifera entre las mujeres embarazadas.
El ejército israelí mató a 2.300 palestinos desde 2007, según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, publicado en junio de 2012. El documento no incluye los fallecidos durante el ataque de noviembre. La mayoría de esas muertes, así como las 7.700 personas heridas, ocurrieron a lo largo de la frontera de Gaza y en el mar, donde agricultores y pescadores son atacados mientras trabajan. La zona de contención delimitada por Israel restringe el acceso de la población gazatí al 35 por ciento de las tierras cultivables, lo que tiene un gran impacto en su economía y en sus fuentes de alimentos.
El vídeo musical Gangnam Gaza Style fue filmado en dos semanas con la cámara de un teléfono celular y y un coste de unos 100 dólares. «La mayoría para taxis y tarjetas de teléfono», apunta Barakat. La mayoría de los jóvenes que aparecen en el vídeo estudiaron o están cursando estudios superiores, pero casi todos están desempleados.