Entre los compromisos a los que se ha llegado en la reunión de San Petersburgo figura el de que para 2015 los países intercambien de forma automática información para luchar contra la evasión fiscal. Regular el sector bancario en la sombra y cerrar los resquicios legales por los que las multinacionales evitan pagar impuestos o lo hacen en países que hacen la vista gorda en esas cuestiones.
Temas en los que hasta François Hollande y Angela Merkel han estado de acuerdo. Según el ministro francés de Economía, Pierre Moscovici, la cumbre ha ido como una seda en lo que a asuntos económicos se refiere «si comparamos con hace un año, el cambio de humor es más que evidente», ha dicho.
«Por primera vez en tres años, en vez de discutir sobre la crisis financiera europea vemos a una Europa salida de la recesión», dijo el presidente estadounidense Barack Obama. Por su parte la directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, expresó en voz alta un deseo generalizado «esperamos que la zona euro haya salido del hoyo».
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, estaba encantado de pasar más desapercibido que el año anterior en ese sentido. Afortunadamente, dijo, «España ya no es noticia» por su crisis de deuda ahora de lo que se habla es de «cuando se va a crear empleo de manera estable».
En el comunicado final de la cumbre, los miembros del G20 consideran que la recuperación mundial es todavía «demasiado débil» y están preocupados por la «desaceleración del crecimiento en los países emergentes». El grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se han comprometido a «sopesar con prudencia cualquier cambio en sus políticas monetarias y a informar claramente» de ello.
La UE satisfecha con los resultados de la cumbre
Para el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy y el de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, aunque la recuperación mundial es frágil, confían en los acuerdos que se han adoptado en el llamado Plan de Acción de San Petersburgo para promover el crecimiento y el empleo para el que la UE ha aportado su propia experiencia que, dicen, está dando frutos.
Medidas destinadas a garantizar la estabilidad financiera y restaurar el crédito normal de la economía; reformas estructurales y consolidación fiscal gradual para restaurar la competitividad y la solidez de las finanzas públicas; iniciativas para el crecimiento y el empleo y de empleo juvenil; medidas para fortalecer la Unión Económica y Monetaria.
La intensificación de la lucha contra la evasión fiscal y la evasión de impuestos en todo el mundo ha sido una de las prioridades de la UE en la cumbre. El G-20 ha respaldado el establecimiento del intercambio automático de información fiscal, que se aplicará a partir de 2015.
También el plan de acción de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para hacer frente a la evasión fiscal corporativa en todo el mundo.
El G20 reafirmó su compromiso contra el proteccionismo mediante la ampliación de la cláusula de standstill Toronto de 2016 y la intensificación de los esfuerzos para revertir las medidas de restricción del comercio. http://www.oecd.org/trade/G20-Global-Value-Chains-2013.pdf Informe OCDE
Acuerdo sobre el clima
Cuando las consecuencias del cambio climático son más que evidentes los líderes de las 20 economías más importantes del planeta han llegado al acuerdo de disminuir el uso gases de efecto invernadero siguiendo el Protocolo de Montreal.
El Protocolo de Montreal es un tratado internacional suscrito en 1987 que entró en funcionamiento en 1989, cuando 29 países más la Unión Europea, productores del 89 por ciento de las sustancias nocivas para la capa de ozono, lo habían ratificado.
China y Estados Unidos, los mayores emisores de gases de efecto invernadero a la atmósfera han acordado tomar además otras medidas para disminuir los HFCs. Después de tantos años las conversaciones sobre el clima atascadas históricamente quizá puedan ir adelante.
Sin acuerdo sobre Siria
Aunque no estaba previsto los presidentes de Estados Unidos y Rusia se reunieron en San Petersburgo para hablar de Siria. No llegaron a nada, como dijo Vladimir Putin el presidente estadounidense «discrepa de mis argumentos y yo de los suyos, pero nos escuchamos y tratamos de analizarlos».
Putin, aliado de Siria al que surte de armas, quiere una solución negociada y Barack Obama, que trazó una línea roja en el uso de armas químicas ahora se ve obligado, empujado por los halcones de su gobierno, a intervenir en una guerra que unos llaman civil y otros contra civiles.
En la cumbre lo más que ha conseguido Obama ha sido que once países, Australia, Canadá, Francia, Italia, Japón, Corea del Sur, España, Turquía, Gran Bretaña yEstados Unidos hayan firmado un documento pidiendo una respuesta internacional «contundente» al régimen sirio.
No se específica qué clase de respuesta, pero por si acaso el ministro de Defensa español, Pedro Morenés, se ha apresurado a aclarar desde EE UU, donde se ha reunido con su homólogo Chuck Hagel, que nadie le ha pedido nada «desde el punto de vista militar, ni el apoyo de las bases ni nuestra presencia allí».
Pero por lo que pueda pasar Estados Unidos y Rusia toman posiciones, este último ha enviado al Mediterráneo oriental otro buque de guerra con un «cargamento especial» que no ha aclarado. Por el momento el más firme aliado de Obama es el presidente francés François Hollande, aunque ha condicionado su apoyo al informe de los inspectores de la ONU sobre el ataque con armas químicas.