La UE ha optado por la estrategia del palo y la zanahoria con Irán. Lanza el mayor paquete de sanciones contra un país tercero y, a la vez, invita al gobierno de Teherán a sentarse a negociar su programa nuclear.

Los ministros europeos de Asuntos Exteriores han aprobado este lunes una serie de sanciones contra el régimen iraní que afectará directamente a su estratégico sector energético, pero también al transporte, el comercio y las finanzas. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, ha sido simple y directa: «enviamos un potente mensaje a Irán. Su programa nuclear nos está dando problemas. Les invitamos a volver a la mesa de negociación.»

Las sanciones acordadas por la UE van más allá de las aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Aunque no se ha detallado su alcance, se sabe que afectarán a las nuevas inversiones, exportación de equipamiento o transferencia de tecnología para la industria iraní del petróleo o gas licuado. En los próximos días se conocerá una lista de empresas iraníes que no podrán operar en la UE.

Además habrá sanciones al transporte de mercancías aéreo y marítimo y se limitarán las actuaciones con el sector bancario iraní, con restricción de créditos, seguros y otros servicios de apoyo financiero de entidades de la UE para clientes iraníes.

El ministro británico de Exteriores, William Hague, ha reconocido que son medidas «sin precedentes» en la UE, que pretenden trasladar a las autoridades iraníes «la idea de que cuanto más tiempo se nieguen a negociar con la comunidad internacional, mayor será la presión y el aislamiento.»

El ministro español, Miguel Ángel Moratinos, ha dicho que la aprobación de las sanciones lleva añadido un compromiso de «mano tendida» para resolver a través de la negociación la cuestión nuclear. euroXpress