Italia puede darse por satisfecha, hasta finales de año. Desde el pasado 1 de noviembre Frontex ha puesto en marcha la operación 'Tritón' con la que Bruselas pretende, igual que la ya existente «Mare Nostrum» y financiada exclusivamente por el gobierno italiano, contener la presión migratoria en el Mediterráneo central. El nuevo operativo funcionará de forma muy similar al programa italiano, que se verá reforzado con la llegada de agentes europeos, aviones de control, helicópteros y lanchas patrulleras, financiadas por 21 Estados Miembros que han mostrado su intención de sumar esfuerzos al operativo.
La operación surge como respuesta a las peticiones que Italia lleva haciendo a la hasta hace unos días comisaria de Interior, Cecilia Malmström, desde el trágico naufragio en Lampedussa en el que murieron 300 inmigrantes. Ya en una reunión, celebrada el pasado mes de agosto, entre la comisaria y el ministro italiano de Interior, Angelino Alfano, Roma le transmitió el estado de emergencia que se vive en el Mediterráneo, ya que hasta el pasado mes de agosto, el número de personas que había arribado a las costas italianas en embarcaciones precarias superaba las 100.000. Los motivos de este repunte, ahora que Europa está sumida en crisis y no tiene la consideración de buen destino como la que tenía en la primera década de los dos mil, los apuntaba entonces Malmström: «tenemos la pobreza, la guerra, la dictadura y la opresión muy cerca de la frontera de Europa y muchas personas que desean huir de esto buscan refugio en la Unión Europea, llegando a través de las costas italianas».
Ante la cifra y consciente de que Italia estaba asumiendo labores que excedían de sus competencias, la comisaria se comprometió a crear un operativo especial y pidió a los Estados miembros no solo el apoyo formal, sino también el económico, ante la carencia de guardias y medios fronterizos europeos.
Como era de esperar, por el mensaje lanzado entonces por la propia Malmström, el matiz económico en esta nueva operación 'Tritón' está siendo clave. Según Frontex, el operativo supondrá un coste de 2,3 millones de euros mensuales procedentes de «la reasignación de parte de los fondos del Fondo de Seguridad Interior y del presupuesto Frontex». Pero de mantenerse la presión migratoria como hasta la fecha, Bruselas reconoce que será insuficiente.
Solo el operativo italiano tiene un coste de 9 millones de euros mensuales (108 anuales), por lo que la asignación europea no llega al 26%. Por ello, en el mismo comunicado, Europa señala la necesidad de que el Parlamento Europeo y el Consejo aprueben, de cara a 2015, una partida presupuestaria superior para Frontex, «de querer continuar la operación con la misma intensidad en el año próximo y a más largo plazo».
Por tal razón, ante esa incertidumbre que cada día parece ir a menos porque «aseguran» que el aumento del presupuesto contaría con el apoyo casi seguro de la cámara, la agencia fronteriza recuerda que: «la operación conjunta 'Tritón' se destina a apoyar los esfuerzos de Italia a petición de este país, pero no reemplaza ni sustituye las obligaciones de Italia en el control y la vigilancia de las fronteras exteriores».
Aun así, las esperanzas que el nuevo ejecutivo europeo pone en el operativo son optimistas. «Confío en que 'Tritón', la mayor operación marítima que ha coordinado Frontex, ayudará a salvar vidas en el mar y contribuirá a los esfuerzos humanitarios de Italia», valoró, tras el anuncio, la propia Malmström. Para hacernos una idea del problema al que se enfrenta el nuevo operativo en la costa sur italiana, Anmistía Internacional señala que solo en lo que llevamos de año, con «Mare Nostrum», se ha salvado la vida de más de 150.000 inmigrantes en riesgo de perecer en las profundidades del Mediterráneo.
La oposición, por el contrario, ha aprovechado la puesta en marcha del operativo para criticar la mala gestión que la UE hace de las cuestiones migratorias. «Tenemos que acabar con esta Política de Inmigración vergonzosa de la UE. Vamos a mantener una estrecha vigilancia sobre la nueva Comisión Juncker y su compromiso con el desarrollo de los canales de migración legales adecuados», ha señalado, Tanja Fajon, eurodiputada y vicepresidenta de los socialdemócratas europeos. Por su parte, Birgit Sippel, también eurodiputada socialdemócrata y portavoz de su grupo para Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, ha ido más allá: «si los gobiernos nacionales quieren realmente Frontex para hacerse cargo de las tareas de «Mare Nostrum», también tienen que dar más dinero y apoyo operativo. Queremos más solidaridad en las fronteras europeas, pero los Estados miembros tienen que actuar en consecuencia. Frontex necesita una financiación adecuada y un mandato claro para el rescate en el mar».
Con la aprobación de este nuevo dispositivo, que sustituye a otros dos de corte más experimental: Hermes y Aeneas, Celicia Malmström cierra una etapa al frente de la comisaría de Interior de la Unión Europea; para ocupar, desde el pasado lunes, la de Comercio Exterior en la nueva Comisión Juncker.
Desavenencias con España y movimientos de ficha
Durante su mandato, no han sido pocos los enfrentamientos públicos entre Malmström y su homólogo español Jorge Fernández Díaz, por desavenencias en el tratamiento que España le estaba dando a la presión migratoria en Ceuta y Melilla y que para Malmström era inadecuado y desproporcionado.
La muerte de 15 inmigrantes el pasado mes de febrero, ahogados en la costa de Ceuta, frente a la playa del Tarajal, tensó aún más las relaciones. La comisaria por entonces, prácticamente acusó a la Guardia Civil de ser la responsable de las muertes por lanzar pelotas de goma a los inmigrantes que «pudieron crear tal pánico que 15 personas se ahogaron». Algo que calificó de «inaceptable», advirtiendo a España que si en la investigación posterior a la tragedia se observaba algún incumplimiento de la legislación europea respecto a los derechos humanos de los migrantes, su comisión actuaría de forma inmediata. Amenaza que también se ha estado repitiendo a lo largo de este año por la colocación de concertinas en varios tramos de valla.
Estas declaraciones no sentaron bien en Madrid. Jorge Fernández Díaz, ministro español de Interior, calificó las declaraciones de la comisaria como «imprudentes e inadecuadas» y le invitó a pasar unos días en Ceuta y Melilla para comprobar los esfuerzos que hace el gobierno español en la zona. Incluso, Juan Jesús Vivas, alcalde-presidente de Ceuta, quejoso por la falta de colaboración europea, la respondió diciendo que «lo que debería hacer el gobierno español es fletar aviones llenos de inmigrantes a Bruselas para ver qué hacen con ellos».
Por su parte, el pasado marzo, la Unión de Guardias Civiles (UGC) interpuso una querella contra Malmström ante la Audiencia Nacional por calumnias e injurias. Aunque por la oposición del fiscal, según UGC, la querella lo más seguro es que no salga adelante, en Bruselas se dice que a la propia Malmström no le hizo ninguna gracia, poniendo aún más la lupa sobre España.
Y los recelos parecen confirmarse. Tras la salida el pasado 1 de junio de la presidencia de Frontex del finlandés Ilkka Laitinen, su número dos, Gil Arias Fernández, está ejerciendo las labores de presidente en funciones hasta la elección del cabeza definitivo el próximo 25 de noviembre. En la agencia, como en otras instituciones europeas, lo habitual es que el número dos, generalmente de un país diferente al de su superior, le sustituya en el cargo, al menos durante un mandato. Pero Malmström, estaría moviendo ficha para evitar que este comisario de la Policía Nacional y colaborador de Frontex desde hace años ocupe el cargo.
Los posibles candidatos son el propio Gil Arias y el francés Fabrice Leggeri y Malmström estaría haciendo campaña por el segundo. Tan es así, que incluso podría presentar a votación solo a los dos últimos nombres, lo que haría que España y varios Estados Miembros impugnasen la votación. Por ello, sabiendo que pueden tumbar su estrategia, estaría tratando de convencer a varios Estados afines para que voten por el francés, o en su defecto, por la posible aparición de una candidata que podría proponer Portugal.
Gil Arias no está mal visto en Europa y el ministerio español de Interior y el de Asuntos Exteriores estarían haciendo campaña por él, lo que ha provocado dos frentes claros en la UE que se medirán el 25 de este mes.
Lo que está claro es que, aunque la agencia cuenta con un presupuesto no muy destacado, 90 millones y con pocos efectivos, 300, a España, país con una grave problemática migratoria, le interesaría presidirla justo en este momento. Ahora que, con la operación 'Tritón', Europa parece que centra las miradas en el grave problema de la inmigración.