Tras la cumbre de este fin de semana de la Comunidad del Caribe (Caricom), el primer ministro de Barbados, Freundel Stuart, ha hecho un llamamiento a buscar relaciones más diversas y activas con otros socios, especialmente los del Sur en desarrollo.
Exhortó a tener más en cuenta «la necesidad de tomarse más en serio la política exterior». Los líderes caribeños coincidieron en que, sin dejar de lado las históricas relaciones con Europa y América del Norte, ha llegado el momento de evaluar la posición vulnerable de la región frente a desafíos como el comercio y el cambio climático, y buscar nuevos aliados estratégicos.
El presidente de Guyana, Donald Ramotar destacó que «la economía global está atravesando rápidos cambios estructurales, incluyendo el hecho de que el comercio está siendo conducido por nuevos centros emergentes de actividad económica. Entre estos hay países geográficamente próximos a nosotros, como Brasil, y otros con los que tenemos fuertes relaciones, como China».
Y añadió que «Nuestra región debe responder a estas realidades desarrollando vínculos más estrechos con esos países y también explorando nuevas fronteras de oportunidades para el beneficio de las relaciones bilaterales».
Por su parte, el primer ministro de Santa Lucía, Kenny Anthony, dijo que aprovecharía su periodo de seis meses como presidente de la Caricom para darle un nuevo giro a la política exterior del bloque de 15 países frente a la nueva realidad económica mundial, ahora también fuertemente determinada por las decisiones que se toman en Beijing.
Anthony señaló que China va camino a convertirse en la mayor economía mundial en los próximos años. Asia alberga el 60 por ciento de la población mundial y el 22 por ciento del producto interior bruto del planeta, con lo cual es lógico que el Caribe comience a mirar en esa dirección.
América Latina y África también ofrecen oportunidades para el Caribe en áreas como comercio, turismo, educación, tecnología y cultura. La nueva estrategia caribeña es probable que también esté motivada por el hecho de que la UE está considerando racionalizar su ayuda internacional al desarrollo.
El secretario general de la Caricom, Irwin La Rocque, alertó de que muchos países caribeños podrían quedarse sin la tan necesitada asistencia europea. «Los flujos de asistencia al desarrollo para los países del Caribe han disminuido, y al menos en el corto plazo seguirán haciéndolo», afirmó La Rocque. «Todos somos conscientes de que Europa ahora afronta una crisis económica sin precedentes. Europa nunca será la misma otra vez. No debemos ser ingenuos sobre los probables impactos que tendrá esto en la futura asistencia de la UE», señaló por su parte Anthony.
Por su parte el secretario general del grupo de países de África, el Caribe y el Pacífico (ACP), Mohammad Ibn Chambas, señaló que la «Agenda para el cambio» lanzada el año pasado por la UE establece un nuevo marco para su ayuda al desarrollo. «El objetivo es racionalizar la asistencia al desarrollo y asegurar una mayor efectividad y un mayor impacto a la luz de los últimos cambios económicos y geopolíticos», señaló.
Añadió que la mayor preocupación era el nuevo criterio de «diferenciación» de la UE, según el cual el bloque procura eliminar a algunos países de ingresos medio-alto beneficiados por su Instrumento de Cooperación al Desarrollo. «Somos conscientes de que la propia Europa afronta una crisis fiscal sin precedentes. Parece claro que están decididos a racionalizar las transferencias financieras a países en desarrollo de una manera que podría socavar significativamente el flujo de recursos a las naciones de ingresos medio-alto, muchas de las cuales están en el Caribe».
Señaló que «en la Secretaría nos hemos esforzado por explicarles a nuestros colegas europeos que las cifras puras del PIB no dan la imagen completa de la pobreza en nuestros países». El indicador «tampoco hace justicia a desafíos cruciales como el cambio climático y la vulnerabilidad estructural de muchos de nuestros países».
Y terminó con un viejo refrán africano que dice que, «cuando la música cambia, también cambia el baile. Claramente, la música está cambiando no solo en Europa, sino a nivel mundial».