Frank Gehry, nacido en Canadá y nacionalizado estadounidense de 85 años, ha merecido el premio Prícipe de Asturias de las Artes por «el juego virtuoso de sus edificios con formas complejas, por el uso de materiales poco comunes, como el titanio, y por su innovación tecnológica, que ha tenido repercusión también en otras artes».
Todas esas características que destaca el jurado de la arquitectura de Frank Gehry están en una de sus obras más conocidas, el museo Guggenheim de Bilbao. Una muestra de cómo todo el entorno, incluso toda la ciudad, vivió un cambio estético, medioambiental y económico con su construcción.
Gehry es autor de otros edificios que han marcado un antes y un después en la arquitectura mundial y en las ciudades como la Casa Danzante de Praga o la Sala de Conciertos de Walt Disney, pero también de un sombrero que la estrambótica Lady Gaga lució en el 30 aniversario del Museo de Arte Contemporáneo de los Ángeles en 2009. También la Bodega-Hotel Marqués de Riscal, en Elciego (Álava, España) o el Pez Dorado en el Puerto Olímpico de Barcelona.
De ascendencia judío-polaca, nació en Toronto Canadá. Más tarde su familia se trasladó a Estados Unidos y adoptó la nacionalidad de este país. Ya arquitecto y urbanista se trasladó a París donde estudió la obra de Le Corbusier, de otros arquitectos europeos y las iglesias románicas.
A su regreso a Estados Unidos abrió su propio estudio y comenzó a desarrollar un estilo personal de formas imposibles y curvas que juegan con la luz y el espacio y los nuevos materiales. Para Gehry la arquitectura es un arte y los edificios esculturas que interactúan con la ciudad en la que han sido erigidos.
Gehry ha recibido numerosos galardones, entre ellos el premio Pritzker, en 1989.