El presidente francés, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, han reiventado el eje francoalemán en la Unión Europea. Se suponía que el Tratado de Lisboa dotaba a la Unión de un liderazgo institucional visible, pero parece que todo ha cambiado para que nada cambie.
La cumbre franco-alemana celebrada el jueves en París dio como resultado 80 puntos de colaboración entre los dos países, que no sólo refuerzan su cooperación bilateral, sino su papel de líderes de la UE. «Queremos asumir y asumiremos las responsabilidades y el potencial que representan el eje franco-alemán», dijo Sarkozy. «Semejante liderazgo no se dirige contra nadie. Simplemente queremos una Europa que exista políticamente. Y para que una Europa exista políticamente, Francia y Alemania deben trabajar juntas».
Tal contundencia en los objetivos se hace saber una semana antes de que se celebre el Consejo Europeo que debe poner en marcha la estrategia 2020 en la que los 27 fijarán objetivos y métodos para crecer y crear empleo en los próximos diez años. Francia y Alemania no parecen dispuestas a aceptar otro fracaso como el que supuso la estrategia de Lisboa, por la que Europa debería ser ya este año la primera potencia económica mundial basada en el conocimiento.«En el pasado, prometimos algunas cosas que no fuimos capaces de cumplir. Y a menudo no fuimos muy sinceros sobre quién no consiguió qué». Palabras de Sarkozy.
Dicen que no van contra nadie pero su cartera de objetivos en amplia: desde sanear las finanzas públicas a mejorar la competitividad, marcar las pautas en la lucha contra el cambio climático o acercase a Rusia en política exterior.
Los dos líderes reafirmaron su voluntad de seguir adelante con el programa del avión europeo de transporte militar A400M, y el presidente francés aventuró que la negociación entre los siete países y el fabricante Airbus concluirá en acuerdo rápidamente.euroXpress