La crisis migratoria que vive Europa tras las revoluciones en el norte de África puede tener consecuencias en uno de los principios sagrados de la UE: la libre circulación de personas que contempla el acuerdo de Schengen. La presidencia francesa considera pedir una suspensión temporal del acuerdo, ante la ola de inmigrantes tunecinos y libios que pretenden entrar en el país desde Italia.
Según ha informado este viernes una fuente del Elíseo, el sistema de Schengen «es deficiente. Nos parece que hay que establecer un mecanismo que permita intervenir cuando se registre un fallo en una frontera exterior de la UE y suspender provisionalmente hasta que se subsane».
El gobierno italiano, superado por la llegada de más de 20.000 inmigrantes norteafricanos desde el pasado enero, decidió concederles un permiso de residencia temporal que les permite moverse libremente por el territorio de la UE.
La mayoría de los tunecinos llegados a la isla de Lampedusa tienen como objetivo pasar a Francia y así lo vienen intentando. De hecho, el gobierno de París ya suspendió el domingo pasado la circulación de trenes en la frontera de Ventimiglia para impedir el paso de un tren lleno de tunecinos a los que acompañaban representantes de ong de derechos humanos. El argumento fue que había posibilidad de desórdenes públicos.
Italia protestó por el cierre de la frontera, pero la Comisión Europea aceptó las explicaciones de Francia y recordó que la normativa del espacio Schengen impide controles fronterizos, pero «permite controles no sistématicos». Ahora, el portavoz de la Comisión, Mark Gray, dice que Francia no ha notificado ninguna intención sobre la suspensión temporal, pero recuerda que no está previsto en el acuerdo y que harían falta razones de peso. El ministro francés de Interior, Claude Guéant, ha recordado que «una de las reglas de Schengen es que el primer país al que entran los inmigrantes es el responsable».
Esta semana, el ministro italiano de Economía, Giulio Tremonti, dijo en el Parlamento Europeo que es necesario definir un nuevo tratado europeo. Con referencias a la crisis migratoria que vive su país, dijo que la acción de la UE ha sido «dramáticamente insuficiente». Tremonti considera que los tratados europeos fueron «firmados antes de la globalización y aunque han sido adaptados, son producto de un mundo pasado».