El plan de acción se centra en el sistema de registro de las capturas y su objetivo es garantizar que los datos a los que acceden los controladores nacionales sean completos y fiables y estén disponibles en el momento oportuno. El desarrollo de herramientas informáticas y la optimización de los procedimientos de control propiciarán la eficacia de las medidas propuestas.
El plan de acción se elaboró a raíz de una auditoría de la Comisión Europea sobre la adecuación del sistema francés de control de la pesca a la reglamentación europea. La auditoría puso de manifiesto, en particular, la complejidad administrativa, la falta de una plena validación y de controles cruzados de los datos y el insuficiente intercambio de documentos de control con otros Estados miembros. La disponibilidad en el momento oportuno y la exactitud de la declaración de capturas también se consideraron problemáticas. Los datos de las capturas son comunicados por los pescadores con objeto de que las autoridades de control puedan supervisar las cuotas de pesca, contribuyendo así a evitar la sobrepesca.
Controles estrictos para garantizar una pesca sostenible
Este plan de acción es un último paso que se inscribe en un enfoque estructurado de la Comisión para abordar las deficiencias en materia de control de la pesca. Si en los Estados miembros no se dispone de unos sistemas efectivos de control y observancia, se corre el riesgo de no poder alcanzar los ambiciosos objetivos de sostenibilidad de la Comisión y puede verse comprometido para las generaciones futuras el buen estado de las poblaciones de peces de Europa. Un sistema de control eficaz garantiza también la igualdad de condiciones para los pescadores en toda Europa, pues son sabedores de que todos ellos actúan de acuerdo con las mismas normas.
Los planes de acción están concebidos para abordar problemas organizativos sistémicos, mientras que, para tratar cuestiones más aisladas, se recurre a otros medios a fin de garantizar la observancia. La Comisión está trabajando de forma individual con los Estados miembros para determinar las medidas que han de adoptarse para alcanzar los estándares requeridos. Ya se han adoptado y puesto en práctica planes de acción en España, Malta, Italia y Letonia, y se están preparando otros tres cuyos destinatarios serán Portugal, Bulgaria y Rumanía.
Maria Damanaki, Comisaria de Asuntos Marítimos y Pesca, ha declarado lo siguiente: «El respeto de las normas acordadas conjuntamente es absolutamente necesario para el ejercicio sostenible de la pesca. Sin un control efectivo y un cumplimiento adecuado las normas de nuestra política pesquera no son sino papel mojado. Las normas han sido votadas por los propios Estados miembros y es para mí una satisfacción que estemos avanzando adecuadamente para que sean correctamente aplicadas por todos.».
Las normas pesqueras y los sistemas de control se acuerdan a nivel de la UE, pero los aplican las autoridades nacionales y los inspectores de los Estados miembros de la Unión no siempre de una forma eficaz.
Para hacer cumplir las normas de la política pesquera común de la UE, se ha establecido un sistema de control europeo cuya finalidad es garantizar que solo se capturen las cantidades de pescado permitidas, recopilar los datos necesarios para gestionar las posibilidades de pesca y cerciorarse de que las normas se aplican de la misma manera a los pescadores de toda la UE.
Este régimen se recoge en el Reglamento de control, que entró en vigor el 1 de enero de 2010 y que ha modernizado a fondo el enfoque de la UE con respecto al control de la pesca. Prevé una serie de nuevos instrumentos a fin de ayudar a los Estados miembros en la aplicación de las normas acordadas, incluido un sistema de auditoría y planes de acción como el que se ha hecho público hoy para Francia.
Junto con el Reglamento sobre la pesca INDNR de la UE -que se centra en la lucha contra la pesca ilegal, en particular cuando sus productos entran en la UE, y garantiza la legalidad de los productos de la pesca importados-, el Reglamento de control constituye un sistema de control fuerte y coherente que garantiza unas condiciones de competencia equitativas, tanto para el pescado capturado en las aguas de la UE como para el pescado importado.