La pelota va de unos a otros. El fabricante, que está huido, ha emitido un comunicado en el que tacha a las mujeres que han denunciado sus prótesis poco menos que de «quejicas e interesadas». Los Estados miembro piden a la UE que haga una normativa más estricta y esta dice que es cada país el que da la aprobación final. El TÜV Rheinland, organismo alemán que daba la certificación a los productos PIP hasta que la empresa quebró en marzo de 2010, ha dicho que sólo se encargaba de observar el proceso de fabricación sin entrar en la silicona que se utilizaba en los implantes.
El ministro de sanidad francés, Xavier Bertrand, pide una autorización semejante a la que reciben los medicamentos por parte de los organismos reguladores nacionales o de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
La Agencia francesa de salud, se han detectado unos 20 casos de cáncer en mujeres con implantes PIP, pero aunque descarta que tenga relación alguna ha pedido a las mujeres que las llevan que se las quiten a cargo de la Seguridad Social. Poner unas nuevas es gratis también siempre que no sea por motivos estéticos.
Reino Unido aconseja a las mujeres operadas que revisen sus prótesis pero no dice que las quiten. En España el ministerio de Sanidad también recomienda un seguimiento, en su web hay una sección especial dedicada a las prótesis PIP con un número de teléfono para consultas en la página principal.
La Comisión Europea propone reforzar la trazabilidad de los dispositivos médicos como implantes mamarios y la homologación de la certificación de estos productos por parte de las autoridades nacionales. La CE presentará una propuesta en los próximos seis meses que revisará la directiva comunitaria que regula y clasifica los 10.000 dispositivos médicos que hay en el mercado europeo, desde vendas hasta implantes mamarios o para los testículos. El portavoz de Salud, Frédérik Vincent, ha criticado la cantidad de organismos y agencias, entre 70 y 80, encargados de certificar la seguridad de los productos médicos en los veintisiete.
Vincent ha dicho que se trata «de un caso de fraude» y ha precisado que «No hay una alerta general, sino de los productos procedentes de esa empresa». Se desconoce el número de afectadas en total, en todo el mundo se estima que serán entre 300.000 y 400.000.
La empresa Poly Implant Prothèse (PIP) se fundó en 1991, llegó a ser el tercer fabricante de implantes del mundo, producía unos 100.000 al año de los que exportaba el 80 por ciento. El fundador, Jean-Claude Mas, declaró antes de desaparecer que «a partir de 1993» se utilizaba el gel industrial y que había dado la orden de ocultar las trazas al organismo certificador alemán TÜV. La silicona utilizada en los implante PIP, es la misma que la de multitud de objetos de uso común, desde ordenadores a artículos de cocina y es 10 veces más barata que la que se utiliza para fines médicos.