Francia criminaliza la negación del genocidio armenio

Quien niegue en Francia que el imperio otomano llevó a cabo un genocidio contra los armenios se enfrenta a una pena de prisión y a una fuerte multa. Lo ha aprobado el Senado francés, enturbiando aún más las complicadas relaciones entre París y Ankara. Turquía reconoce entre 300.000 y 500.000 muertes a principios del siglo XX, pero no 1,5 millones como defiende Sarkozy, al que tachan de oportunista por promover la ley poco antes de las elecciones.

Protestas en París a favor y en contra la ley del genocidio armenio
Protestas en París a favor y en contra la ley / Foto: todays zaman

Para el gobierno francés, se ha hecho justicia con el pueblo armenio; para el ejecutivo turco, ha sido un acto irresponsable. Este lunes el Senado francés aprobaba un proyecto de ley por el que se condenará a las personas que nieguen el genocidio armenio, ocurrido hace casi un siglo, entre los años 1915 y 1917. Este reconocimiento ha suscitado duras críticas de Turquía,que no reconoce tan genocidio. La ley es clara, un año de prisión y 45.000 euros de multa para quien lo niegue

La Cámara Alta ha ratificado con 127 votos a favor y 86 en contra un texto que ya había sido adoptado el 22 de diciembre por la Asamblea Nacional. El siguiente paso tendrá que ser la firma del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, previsiblemente antes de finales de febrero.

El ministro turco de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu, presionó al Senado el pasado fin de semana para rechazar un texto que defendió como «contrario a los derechos humanos». Turquía llamó a consultas a su embajador en Francia tras la aprobación de la Asamblea francesa y canceló todas las reuniones bilaterales de temática económica, política y militar. Cabe recordar que Francia es el segundo país inversor en este país con más de 400 empresas.

Turquía reconoce que hubo muertes, pero no un genocidio

Turquía reconoce que hubo masacres en Anatolia entre 1915 y 1917 pero que no fue un genocidio ni murieron 1,5 millones de personas, como defienden los armenios, sino unos 50.000 hombres y mujeres. Y es que los números bailan para ambos lados. Para los armenios, las masacres y deportaciones llevadas a cabo por el imperio otomano dejaron más de 1,5 millones de muertos y, según los turcos, entre 300.000 y 500.000 personas en total.

Para el gobierno de Ankara, todo obedece a una maniobra oportunista de cara a las próximas elecciones presidenciales en Francia. Allí los armenios representan un total de 600.000 votos.

El presidente turco, Tayyip Erdogan, ha declarado que, si Francia aprueba el texto, no volverá a pisar territorio francés y habrá una previsible caída de las relaciones comerciales y económicas de ambos países. En el seno del gobierno francés, el ministro de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, también se muestra disconforme con Sarkozy y calificó el texto de «inoportuno», pero a pedido calma a «nuestros amigos turcos».

Los países y territorios que han reconocido oficialmente el genocidio armenio son: Argentina, Armenia, Bélgica, Canadá, Chile, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Líbano, Lituania, Holanda, Polonia, Rusia, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Uruguay, El Vaticano y Venezuela. También las regiones de Escocia, Irlanda del Norte y Gales (Reino Unido), País Vasco y Cataluña (España), Ontario y Quebec (Canadá), Australia Meridional y Nueva Gales del Sur (Australia), Crimea (Ucrania), Ceará y São Paulo (Brasil) también lo han reconocido. En los EE. UU, 42 Estados de los 50 que lo forman han reconocido oficialmente y de forma abierta el genocidio armenio, entre ellos Nueva York o Whashington.

La estratégica posición de la meseta de Armenia

Armenia era un cruce de caminos de las caravanas comerciales entre Oriente y Occidente y esto fomentó el interés de los pueblos que la rodeaban, algo determinante para ser conquistada sucesivamente por persas, macedonios, romanos, bizantinos y árabes, tal y como subrayan desde genocidioarmenio.org.

Las organizaciones que denuncian el genocidio armenio aseguran que ya entre 1884-1896 fueron masacrados aproximadamente 300.000 armenios. Del 23 al 24 de Abril de 1915 fueron detenidos, deportados a Anatolia y asesinados unos 650 dirigentes armenios de Constantinopla. A partir de entonces, se dio la orden de deportación de la población civil, desde las zonas de guerra en el Cáucaso, hacia los centros de reinstalación, en los desiertos de Siria y Mesopotamia.

El mismo esquema de arresto y asesinato de los líderes y de los hombres mayores de 15 años, así como la deportación del resto de la población -mujeres, ancianos y niños-, hacia los desiertos de Siria, se repitió en todos las localidades armenias. Esta larga marcha que, para muchos, fue el camino hacia la muerte, era acompañada de violaciones, torturas y robo de lo poco que llevaban consigo los deportados. Los pocos que lograron sobrevivir, fueron trasladados a distintos puntos del Medio Oriente donde el hambre y las epidemias hicieron su parte.

A partir de entonces, señala la web genocioarmenio.org, la emigración de los armenios fue casi total. De 2.100.000 armenios en el Imperio Otomano, en 1912, de acuerdo con las estadísticas del Patriarcado Armenio de Constantinopla se pasó a 77.435, en 1927, concentradas especialmente en Estambul y aproximadamente 50.000 en 1993.