Cuatro goles a uno a favor de los alemanes del Borussia Dortmund en tierras germanas.
Buscará el conjunto blanco el milagro en el Santiago Bernabéu; malamente: tienen en contra -aparte del desastroso resultado- a su envidioso y mal entrenador. Tienen a Mouriñín en casa, él es su entrenador; el mismo que trata de despistar al personal de su fracaso colocando a Casillas de reserva para que la atención no se centre en su figura
Mal planteamiento de inicio por parte del Real Madrid: no presionó al rival, jugó como con el freno de mano echado, con contención, atacando con timidez (contraatacando, para ser más exactos) y dejando claro que su objetivo era mantener su portería sin encajar gol alguno, su objetivo era la defensa del resultado inicial, un empate, un cero a cero.
Este José Mourinho, que gana al día unos 12.000 euros, este señor que se embolsa con esa cara de vinagre y ese pequeño papo que acentúa aún más su egoísmo y su soberbia nos quiere demostrar que tiene carácter, dureza, decisión, pero a lo único que llega es a causar repulsa, la misma que causan los acomplejados y los flojos de espíritu (su papá fue entrenador y él, mira que original, también). Toda una personalidad. Aire.
Ya está, ya tenemos la décima, debe de pensar el encogido de Mourinho; sólo hemos perdido por 4 a uno; y también debe de pensar que como su equipo está hecho para llevar el mando de los partidos..., pues eso, en el Bernabéu le va a enchufar a los alemanes veinte goles por lo menos.
Fue el Real Madrid inferior al Borussia Dortmund; le faltó actitud, agresividad, posesión de balón (esto de la posesión de balón teniendo Mouriñin como entrenador es como pedirle peras al olmo)
No se le vio al conjunto de la capital de España una forma clara de juego, sólo se vio claro que los alemanes del Borussia Dortmund dieron una lección de buen hacer táctico, de organización y de ambición.
Con una décima parte del presupuesto que tiene el Real Madrid los germanos le untaron bien untada la cara a los mermados jugadores blancos (de lo de mermados tiene mucha culpa su mister, un individuo que si les dijera a sus jugadores «hacer lo que queráis» conseguiría victorias sin numero).
No llegó ni creó peligro el equipo merengue, no fue capaz de amenazar seriamente al meta alemán en ningún momento. Sólo en la jugada del gol (que venía precedida de una falta a favor de los alemanes y que el trencilla no pitó) hizo daño el casi invisible equipo blanco. Los merengues éstos no combinan , no juegan. Les da un repaso en toda regla el Borussia Dortmund. Cuatro a uno.
Terminó la primera parte con un empate a uno que por lo que se iba viendo no era ni mucho menos definitivo. Esto se pudo ver cuando el arbitro pitó el final y el marcador señalaba este aplastante 4 a uno a favor de los alemanes.
Por el conjunto germano marcó los cuatro goles, el polaco Robert Lewandowski.
Para el Madrid marcó su pequeño golito, Cristiano Ronaldo.
La próxima cita será en el Bernabéu, en Madrid.