La Fundación ha querido reconocer este año la labor de Frank Gehry (Artes); Joseph Pérez (Ciencias Sociales); Quino (Comunicación y Humanidades); Avelino Coma Canós, Mark E. Davis y Gaen D Stucky (Investigación Científica y Técnica); John Banville (Letras), el programa Fulbright (Cooperación Internacional); la maratón de Nueva York (Deportes) y Caddy Adzuba (Concordia). Además de los habituales elogios a los laureados, Don Felipe ha insistido en su discurso en las que desde su proclamación vienen siendo sus dos grandes preocupaciones: el desafío soberanista en Cataluña y el desencanto de la sociedad debido a los escándalos de corrupción.
«Queremos una España alejada de la división y la discordia», ha repetido una vez más el Monarca, que ha vuelto a defender el consenso alcanzado en la Constitución de 1978. «Nuestra democracia no es fruto de la improvisación, sino de la voluntad decidida del pueblo español de España en un Estado social y democrático de derecho, inspirado en los principios de libertad e igualdad, de justicia y pluralismo, y en el que todos, ciudadanos e instituciones, estamos sometidos, por igual, al mandato de la ley», ha recordado en clara a alusión a las reivindicaciones independentistas.
«Respetar y observar ese marco constitucional y democrático es la garantía de nuestra convivencia en libertad», ha insistido el Rey, algo que a su juicio es condición necesaria «para que todos los españoles puedan ejercer sus derechos. Pese a todo, el Jefe de Estado tampoco es ajeno a los retos que plantean los nuevos tiempos, y ha recordado al auditorio, que aunque por delante se presenta «un futuro complejo», éste está «lleno de nuevas oportunidades».
Preocupado por los casos de corrupción
Como ya ocurrió durante su proclamación, Don Felipe también ha incluido en el discurso de los premios Príncipe de Asturias, una de las alocuciones más importantes que pronuncia a lo largo del año, referencias al desencanto social que han provocado los casos de corrupción en España. «La sociedad necesita referencias morales a las que admirar y respetar; principios éticos que reconocer y observar; valores cívicos que preservar y fomentar», ha asegurado. Además, ha abogado por «un necesario impulso moral colectivo», para superar estos tiempos «cruciales, intensos y de renovación», con el objetivo de construir «una nación ilusionada».
El Rey se ha mostrado también preocupado por la situación que están atravesando muchas personas en estos momentos de crisis. En este sentido, ha destacado «el ejemplo de «muchos ciudadanos que demuestran, admirablemente, una capacidad de esfuerzo y sacrificio digna de todo respeto», en los actuales momentos de «desencanto, pesimismo y desconfianza». Durante la entrega también ha habido espacio para pedir «más esfuerzos» en la lucha contra el ébola; una crisis «severa», ha dicho el Monarca, que «nos obliga a la comunidad internacional a concertar y comprometer más esfuerzos».
La anécdota de la jornada llegaba al final del acto, cuando Don Felipe se ha confundido y ha convocado los premios «Príncipe de Asturias» 2015, en lugar de hacerlo con su nueva denominación «Princesa de Asturias», lo que ha provocado la sonrisa de los asistentes. Y es que a partir del año que viene, los galardones estarán dedicados a la princesa Leonor.
Precisamente este cambio de denominación, unido a que ésta ha sido la primera edición en la que Don Felipe acudía al Teatro Campoamor como Rey, ha disparado las solicitudes para hacerse con un sitio en el patio de butacas. Entre los asistentes han destacado varios ex ministros, como Pilar del Castillo, Cristina Garmendia o Josep Piqué y también algunos de los premiados en otras ediciones como Rafael Moneo, Bárbara Hendricks o Abel Antón. También han estado presentes caras habituales de los medios de comunicación como Luis María Ansón, Luis del Olmo, Juán Ramón Lucas o Mariló Montero. Tampoco han faltado a la cita la madre de Doña Letizia, Paloma Rocasolano, y la reina Sofía, que como en años anteriores, ha seguido el acto desde el palco de honor.