Durante la presentación del libro La fragmentación del poder europeo, de José Ignacio Torreblanca, el expresidente ha defendido que Europa es la solución y no el problema. Constata que está en crisis el europeísmo y apuesta por no perder otra década en la construcción europea.
Se refería a la Agenda de Lisboa, que en 2000 preveía hacer de la UE la primera potencia mundial en economía, tecnología y cohesión social. «La implosión del sistema financiero mundial llegó diez años después de que Europa acertara en sus propósitos, pero sin haber hecho los deberes», dice González, también presidente del Comité de Sabios de la UE.
Ahora, recomienda el expresidente, «es necesario asumir el grado de alarma y emergencia que la situación exige, porque estamos al borde del precipicio». Su diagnóstico le ofrece ya algunas soluciones: una Hacienda común europea que acompañe a la moneda única y la emisión de eurobonos, para poder hablar de estabilidad presupuestaria.
Con un ejemplo «que cuesta entender en Europa», González ha comparado a los dirigentes europeos con «galgos corriendo detrás de una liebre mecánica que no sabes nunca quien la lleva». La reaccióna la crisis de los políticos europeos ante los mercados es «agónica». En su opinión, «estamos pagando la mezcla de discursos nacionalistas con discursos populistas, lo cual ha sido la perdición de Europa en el siglo XX».
El autor del libro, el profesor José Ignacio Torreblanca, dirige más sus críticas a la política exterior de la UE, como causa del declive. Sin embargo, es también optimista sobre el futuro del proyecto europeo, porque la UE, la mayor economía del mundo, el segundo bloque comercial, el mayor donante de ayuda al desarrollo y la segunda fuerza militar del planeta tiene poder, «pero lo ejerce de forma fragmentada».
Gonzalez asiente y sentencia: «Europa está jodida, pero puede dejar de estarlo si hace lo que tiene que hacer».