Llevan un mes sin respuestas, viviendo en pensiones, durmiendo en barracones, coches e incluso en sótanos de los amables vecinos de Erfurt, en el centro de Alemania. Llegaron a la ciudad con una promesa y un sueño que se ha vuelto una auténtica pesadilla. La empresa que les «contrató» se ha desentendido del asunto y los «contratados» no tienen recursos para seguir manteniéndose.
La situación ha superado incluso a las autoridades alemanas que se han reunido con los afectados para escuchar su historia y compararla con la información que han aportado las empresas intermediarias en este entuerto. Empresas, por otro lado, que no se han hecho responsables de su situación. La investigación es necesaria, porque apenas se sabe el número exacto de españoles afectados por la falsa oferta de empleo, tampoco quienes requieren allí de ayuda oficial, quiénes se han ido y quiénes están llegando para encontrarse con la difícil circunstancia.
Los jóvenes afectados -el programa de movilidad laboral estaba destinado a «empleo joven» - pagaron en España 150 euros por un curso de alemán con la garantía de que obtendrían trabajo. En algunos casos les ofrecían una beca de transporte de 300 euros, otra beca adicional de 500 euros por mudanza, así como alojamiento en viviendas compartidas.
Pero nada se ha cumplido. «Nos han timado y nos han abandonado», es la idea que más repiten los afectados. «Las empresas ni tan siquiera sabían que veníamos, y las residencias se encontraban ya todas ocupadas», han asegurado algunos de los protagonistas a los medios españoles.
Alemania asegura que está buscando alternativas para los españoles y les garantiza que poco a poco se irán firmando contratos gracias a la colaboración de varios empresarios que han convocado este viernes a los afectados.
En esta reunión, se recopilarán sus datos y se registrará su formación y sus capacidades para conseguirles nuevos contratos en el sector de la hostelería, enfermería y servicios.
Las autoridades alemanas y las españolas que intentan coordinar las alternativas para estos jóvenes lamentan la situación generada y subrayan que se trata de «una anomalía» que se investigará en profundidad y que sólo se ha registrado en el estado federal de Turingia. El objetivo es que para la semana que viene se consiga cerrar entre 50 y 100 contratos.