Según el Instituto Nacional de Estadística, de los casi 11 millones de españoles que compraron por Internet en 2013, un 29,4 % tenían entre 35 y 44 años, seguidos muy de cerca por jóvenes de entre 25 y 34 años.
Entre los motivos principales por los que estos consumidores prefieren comprar online está la comodidad, seguida de la posibilidad de encontrar ofertas y artículos a mejor precio, y la falta de tiempo para ir de tiendas, según describe la consultora Nielsen en «Hábitos del e-commerce».
También están los que no compran nunca, un 43 % de españoles se resisten a pesar de sus ganas o su necesidad de hacerlo por desconfianza y miedo al uso fraudulento que otros puedan hacer de su tarjeta de crédito, o desconfían a la hora de facilitar sus datos bancarios... y los que se lían, aquellos que creen que son muchos los requisitos que deben cumplir para pagar su compra.
No es de extrañar, los consumidores son personas informadas y conocen noticias como las que publica la empresa dedicada a la seguridad informática McAfee de que los ciberdelincuentes han intentado robar recientemente hasta 2000 millones de euros de cuentas en Europa, Estados Unidos y Colombia.
En la red hay otros sistemas de pago que tienen la seguridad como prioridad, como es el caso de este método, una tarjeta de pre pago que se puede cargar en cualquiera de los más de 480.000 puntos de venta que hay en el mundo. En ningún momento tienes que facilitar los datos personales, ni del banco, ni el número de la tarjeta de crédito. A la hora de hacer una compra online, ya sea un juego, música, libros, cine, ropa, entradas para un teatro o billetes de avión, solo te van a pedir un nombre de usuario y una contraseña.
Estos sistemas que se pueden utilizar tanto desde el ordenador como desde el teléfono móvil se están popularizando no solo entre los jóvenes, los llamados millennials, plenamente digitales, sino entre otro público cada vez más numeroso.
Una cuarta parte de los hogares españoles están habitados por una sola persona y, de ellos, el 40% son mayores de 65 años. Son personas celosas de su independencia a las que hacer sus compras por Internet les resolvería muchos problemas.
Un grupo de población que según las estimaciones del INE crecerá hasta los 11,6 millones de personas para el año 2030 y que tendrán en el ordenador su mejor ayuda.