Ha sido la respuesta a las peticiones de sacrificios del primer ministro griego Giorgos Papandreu. Un país paralizado esta mañana por la cuarta huelga general en lo que va de año se ha convertido después en un país levantado contra las medidas de austeridad impuestas por el gobierno, siguiendo las exigencias de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, a cambio del plan de rescate financiero.
Al menos tres personas han muerto cuando un grupo de manifestantes ha lanzado cócteles molotov contra un edificio comercial y se ha declarado un incendio en una sucursal bancaria que se encuentra en el inmueble.
Entre 25.000 y 100.000 personas se han manifestado en Atenas contra el ajuste. La marcha ha cercado el edificio del Parlamento y ha habido duros enfrentamientos con la policía.
Los testimonios de los manifestantes coinciden en que los trabajadores griegos no tienen que pagar la crisis que otros provocaron. La huelga de hoy está convocada por los dos sindicatos mayoritarios que agrupan al sector público y al privado. Uno de los líderes del sindicato Adedy decía hoy a un canal de televisión: «el gobierno debía plantearse otras medidas antes de quitar dinero a un pensionista que cobra 500 euros».
La contestación social de este miércoles va a servir a los mercados para tantear el margen de maniobra que el gobierno Papandreu tiene para llevar a cabo su plan de austeridad, con el que está obligado a ahorrar 30.000 millones de euros. euroXpress