¿Cómo empezó a interesarse por España, por sí misma, o por sus relaciones con Austria y Alemania?
Georg Pichler- Según mi madre, porque en unos carnavales, cuando yo tenía 5 o 6 años, me vistió de español. Cuando hacía Interrail con unos amigos dijimos: mañana vamos a España, y sin saber nada de ella llegamos a Barcelona. Al año siguiente fui con un amigo a Puerto de Santa María sin saber tampoco nada y vi cosas que me gustaron mucho: el antiguo puerto de la Barceloneta, el ambiente festivo en Andalucía en verano. Luego empecé a estudiar filología alemana y, como me parecía que era poco, comencé periodismo, y español por mi experiencia en España y porque tenía mucho interés en América Latina. Estaba entonces en un comité a favor de América Latina, sobre todo de Nicaragua. Tocaba en un grupo de música, sobre todo latinoamericana también. Y acabé estudiando Filología Hispánica
eXp- Ahora es un experto en las relaciones de España con países de lengua alemana, ¿cómo llega a dedicarse a esto?
GP- De forma natural. Si trabajas aquí con lengua, cultura y literatura alemana, empiezas a preguntarte qué relaciones hay. Primero te invitan a dar conferencias de literatura de allí y automáticamente comparas. Tenía mucho interés en la literatura española, más que en la alemana, cuando vivía en Austria. Y aquí empecé a tener más interés por la literatura en alemán. Ahora más o menos está equilibrado.
eXp- ¿Cómo serían las relaciones España- Austria sin incluir a Alemania, que en los dos países tiene un peso importante?
GP.-Sí, Alemania aplasta un poco las relaciones. Hay un punto común que creo muy importante entre Austria y España: el catolicismo, y de ahí también el sentido del humor, el doble juego de palabras, cómo tratar la vida con cierta ironía. Desde el punto de vista cultural hay menos relaciones, sobre todo en literatura, porque las editoriales grandes están en Alemania. Al revés es un poco diferente, aquí en España el interés por la cultura austriaca, o más bien del Imperio austrohúngaro del cambio del siglo pasado ha ido creciendo muchísimo, sobre todo a partir de los años 90, algo que a lo mejor tiene que ver con cierta decadencia española ahora que se ve reflejada en la que hubo en Austria en el siglo pasado.
eXp.- Este año dio una conferencia en el CSIC: «Superar el pasado», sobre el proceso de la Memoria en Alemania y Austria en el siglo XX, decía que el proceso era o bien aclamado o bien criticado en nuestro país
GP- Por un lado existen los tópicos sobre los nazis: que si éstos siguen en Alemania y en Austria, aunque menos aquí; y no sé si es una difamación, pero es una falta a la verdad cuando se dice que Alemania quiere conseguir con medios pacíficos lo que Hitler no consiguió. Y por otro lado, en cuanto a lo que se llama en alemán la superación del pasado, aquí existe una visión idílica de este proceso: como si siempre se hubiera hablado tranquilamente sobre el asesinato de los judíos, o sobre el pasado, cuando este ha sido un proceso muy complejo, desde 1945 hasta el 2000.
eXp.-Ha escrito mucho, sobre el holocausto, los campos de concentración , los de Francia por ejemplo en los años 30 y 40, donde iban españoles y austriacos, por diferentes caminos pero quería compararlos
GP- Sí, me interesaba porque está poco estudiado. Por un lado en Francia no interesa porque dinamita el mito de los franceses que eran todos resistentes y no colaboraban nunca con los nazis. También era un tema traumático para los que estaban en los campos. Un tema muy complejo y muy controvertido porque no hay buenos y malos, no es fácil de catalogar. Para muchos españoles Francia se convirtió luego en su país de adopción
eXp- Entre sus estudios literarios, hay uno que trata la influencia de Cervantes en la obra de Peter Handke. El autor austriaco pasa de considerar a D. Quijote un héroe ridículo en «El año que pasé en la bahía de nadie», a hacerle un gran homenaje en «La pérdida de la imagen o a través de la Sierra de Gredos»
GP- Supongo que tiene que ver con sus lecturas. Cuando escribió el primer libro había estado en España, pero había leído poco sobre el país. Entre los dos libros pasaron 12 años y en ese tiempo Handke vino mucho y leyó mucho sobre España, aprendió un poco español, profundizó en Cervantes y eso se refleja en su última novela
eXp-¿Es fácil desde Austria, o para los austriacos, entender lo español, o nuestra literatura más emblemática, como es la cervantina?
GP- Depende de cada persona, del compromiso que esté dispuesto a emprender para entender e integrarse en otra cultura. En el caso de Handke no creo que le interese mucho, lo que él quiere es plasmar su visión de lo que ve y no es un estudioso de la cultura, sino una persona que transforma lo que ve en literatura suya. No es un etnólogo, es un escritor
eXp- Como experto en literaturas en alemán ¿Qué papel tiene ahí la literatura austriaca en su conjunto?
GP- La literatura austriaca es bastante joven, no existía como tal hasta el XVII-XVIII, eran escritores en alemán. La época fuerte empieza a finales del XIX, principios del XX, cuando hubo importantes escritores, alta literatura que también era por y para el pueblo: Karl Kraus, Arthur Schnitzler, Robert Musil, Stefan Zweig, Joseph Roth. Después de la gran interrupción del nazismo y del nacionalsocialismo, fue difícil arrancar de nuevo. Hubo un auge en los 70-80 de escritores jóvenes que fueron importantes para hablar del pasado. Ahora hay tres figuras importantes: Thomas Bernhard, Elfriede Jelinek, Peter Handke, que destacan pero también comprimen lo demás.
eXp- Los cambios fronterizos del Imperio Austrohúngaro a la II República austriaca han significado pérdida de escritores de la talla de Kafka
GP- Sí, es un problema de siempre. Hay gente que lo toma muy en serio, pero es un poco ridículo. Kafka nació con pasaporte austrohúngaro y murió checo pero realmente no importa, nació en un caldo de cultivo que era austrohúngaro y por eso se le puede considerar austriaco, sin nacionalismos, es una cultura que sólo se dio en ese ámbito político, social, «étnico» y cultural de entonces.
eXp- Su último libro, publicado hasta el momento sólo en Suiza y en alemán: «El presente del pasado. La controversia acerca de la Guerra Civil y la dictadura en España», es sobre el cambio, el desarrollo del proceso de memoria, desde la II República en 1931 hasta nuestros días
GP- Lo que quería era mostrar a los lectores en alemán, público no muy experto en la materia, cómo se ha desarrollado la memoria durante la Guerra Civil y la Dictadura franquista, y tenía que entrar en la II República como antesala de la Guerra. Me interesaba hacer entender el debate más intenso que hay en España sobre la memoria, desde el año 2000, aunque antes ya existía
eXp- En la página web de las Brigadas Internacionales se publica un extracto de una novela por primera vez publicada en España, de la que es su editor: «La gran cruzada» de Gustav Regler
GP- Es un libro que tiene mala estrella. Regler lo escribió en los 40 y no tuvo mucho éxito, ni en inglés. ni en alemán, no salió hasta 1976. Ahora sale esta primera edición en España, iba a ser el primer volumen de varios libros de literatura alemana sobre la Guerra Civil, de la que hay muchas páginas pero aquí casi no se conoce, y al final nos hemos quedado sólo con éste. Es un libro coral; aunque hay dos protagonistas principales, cuenta la vida de hombres y mujeres pertenecientes a las Brigadas Internacionales, e intenta ser un retrato amplio y verídico de lo que estas fueron, una parte interesante de la historia para los españoles
eXp- Ha participado en multitud de congresos y presentaciones en España y en otros países, a veces como organizador, con el apoyo de su Universidad, u otras instituciones como el Foro Cultural de Austria de Madrid, ¿tiene Austria suficiente visibilidad en España, o podría tener más siendo cuna de grandes personalidades, no sólo de la literatura, sino también de la ciencia, la música, o el cine?
GP- Tiene cierta visibilidad pero no tanta como Alemania que tiene más apoyo institucional y más fondos económicos. Respecto a las grandes personalidades, aquí se habla más de Sisí, de los tópicos. Es un problema de Austria, que no sabe vender su faceta cultural, su faceta moderna, las tendencias nuevas que hay allí y que aquí en España pasan bastante desapercibidas
eXp- Después de tantos años en nuestro país, ¿cuáles cree que son las mayores diferencias, y los mayores parecidos, entre Austria y España?
GP.- Hay diferencias. Aquí el trato cotidiano es más cordial y menos formal, empezando porque todo el mundo se tutea, en Austria se empieza tratándose de Ud. Creo que las diferencias eran mucho mayores cuando llegué. Ahora España ha perdido ese anarquismo que la caracterizaba y se ha ido adaptando a Europa. En los 90 hubo un consumismo feroz que creo borró muchas huellas de España.