GINEBRA, 11 abr (IPS) - La razón de la acometida contra la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) es que los países ricos no aceptan la existencia de una organización que sea independiente en sus análisis, dice el brasileño Rubens Ricupero secretario general de ese órgano entre 1995 y 2004.
La Unctad soporta en estas semanas una ofensiva de las potencias del Norte industrial que pretenden modificar su mandato, orientado desde su nacimiento, en 1964, a la defensa de los intereses de las naciones pobres.
Según funcionarios del Sur, las naciones del Norte industrializado creen que los consejos de la agencia en materia de finanzas, ambiente, seguridad alimentaria, derechos de propiedad intelectual y desarrollo contradicen su agenda liberal y de mercado.
Medio centenar de ex altos directivos de la Unctad, incluido Ricupero, han firmado una declaración divulgada este miércoles en Ginebra, en un encuentro con cinco periodistas, IPS entre ellos, donde denuncian el intento de reducir al silencio a este organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Uno de los firmantes del texto, el investigador turco Yilmaz Akyuz, atribuyó la intención de amordazar a la Unctad a «los principales países» de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), conocida también como «el club de los ricos».
El ataque se produce cuando «se necesita desesperadamente» un debate de amplia participación acerca de la gobernanza de las finanzas internacionales y en general de toda la economía mundial, precisó Akyuz, actual asesor económico de la organización no gubernamental Centro Sur y exjefe de economistas de la Unctad.
La declaración colectiva recuerda que los análisis de la Unctad sobre aspectos de la macroeconomía global, con una perspectiva del desarrollo, han brindado durante años una visión alternativa a los puntos de vista ofrecidos por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, «controlados por Occidente».
En esas investigaciones, la Unctad ha ido advirtiendo de la influencia creciente de las finanzas sobre la economía real, pronosticó la crisis de México (1994-1995), previno de la crisis de Asia oriental de 1997 y anticipó el derrumbe financiero y económico de Argentina en 2001, recuerda el documento.
Ninguna organización previó la crisis global actual y ninguna posee la varita mágica para resolverla, admite el texto. Sin embargo, es incuestionable que la presente crisis se originó y se expandió con mayor amplitud entre los países que ahora suprimen el debate sobre políticas económicas globales, a pesar de su manifiesto fracaso en esa materia, señala la declaración.
John Burley, alto directivo de la Unctad durante 17 años, observa que la ofensiva de los países ricos apunta a principios profundos, como la pluralidad de puntos de vista en el sistema internacional y la libertad de palabra en la organización
Esta embestida, que se dirimirá en el XIII período de sesiones de la institución, que se va a celebrar en la capital de Qatar, Doha, entre el 21 y el 26 de este mes, no es la primera, recuerda Burley.
La experiencia de Ricupero es reveladora. «Cuando llegué a la Unctad en 1995 ya estaba en marcha una conspiración de 'los sospechosos de siempre', los países ricos, no para cambiar el mandato, como ahora, sino sencillamente para suprimir la organización que jamás han aceptado desde su creación», decía en en una entrevista este martes.
El pretexto entonces era la creación, meses antes, de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que supuestamente volvía superflua a la Unctad. «El indicio claro de lo que afirmo es que habían dejado vacante la secretaría general durante casi un año, cosa que nunca antes había sucedido ni volvería a ocurrir», agrega.
Esa ofensiva fue superada mediante una vigorosa reacción «que libramos con el respaldo de muchos países en desarrollo», dice Ricupero. En particular, el político y diplomático brasileño menciona el apoyo de Sudáfrica que, bajo la Presidencia de Nelson Mandela (1994-1999) se encontraba en el apogeo de su prestigio internacional.
La realización en 1996 de la IX sesión de la Unctad en la norteña ciudad sudafricana de Midrand, liquidó la conspiración por un tiempo, según Ricupero.
Los ataques volvieron más tarde bajo otras formas, casi siempre con intentos de recortar el mandato de la institución, recuerda. «No es un secreto para nadie que a lo largo de las ultimas décadas, la Unctad se ha visto privada de la posibilidad de trabajar en áreas que habían sido su razón de ser al comienzo, como es el caso de los productos básicos», puntualiza Ricupero.
Los pretextos para las ofensivas de los países ricos han variado con el tiempo, explica. Suelen disfrazarse bajo el falso argumento de la falta de eficacia de la secretaría o de la duplicidad de esfuerzos con otras organizaciones, detalla.
Pero Ricupero cree que la razón verdadera es muy diferente. «A los ricos no les gusta la existencia de una organización que escape a su control, que sea independiente en sus análisis, que suministre consejos a los africanos, por ejemplo, contra los intentos neocolonialistas de Francia y de los europeos en general».
Denuncia que «Cuanto más demuestra la realidad que la Unctad tenía razón en sus previsiones, en relación a los riesgos de la globalización financiera, por ejemplo, más intentarán silenciarla los que son cómplices de los responsables por el lamentable estado de anarquía del sistema monetario y financiero internacional».
Contra ese peligro, que continuará presente, solo hay un arma, advierte «la unidad y la vigorosa reacción de los países en desarrollo».
Desgraciadamente, todas las veces que los ricos han logrado recortar potestades de la Unctad, la culpa principal ha sido «la relativa falta de interés o de preparación, la ineficacia, la falta de presencia o de valor» de quienes deberían ser los primeros interesados en defender a «la organización que existe para servir a los pobres indefensos del mundo», concluye.
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