Ni España ni el conjunto de la Unión Europea aprueban en cooperación al desarrollo, según los análisis realizados por la red de ONGDs europeas Concord en su informe AidWatch2014, recientemente presentado. En 2013, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) total de la UE se quedó en un 0,43 por ciento de la Renta Nacional Bruta; muy lejos de alcanzar el compromiso del 0,7 por ciento. Harían falta, recoge el análisis, 41.000 millones de euros más para alcanzar la cifra comprometida. Sólo cuatro países europeos alcanzan o superan el 0,7 por ciento: Dinamarca (0,80), Gran Bretaña (0,72), Luxemburgo (1) y Suecia (0,90).
Estas organizaciones denuncian además que los números globales de cooperación están artificialmente modificados por lo que llaman 'ayuda inflada', que no repercute directamente sobre la erradicación de la pobreza en el mundo. De esta manera, de los fondos totales de la UE que ascienden a 56.500 millones de euros habría que descontar 5.200 millones que no contribuyen realmente al desarrollo; de hecho, en esa partida se incluyen 1.000 millones correspondientes al pago de intereses por préstamos, que hace que los países receptores acaben pagando más de lo que reciben.
Concord insta a la comunidad internacional, y especialmente a la europea, a que deje «de inflar la deuda» y no reporte como AOD cantidades de ayuda exagerada, como los costes de los refugiados, los costes imputados de estudiantes, la ayuda ligada (por la que se espera algo a cambio), o los intereses sobre los préstamos y la cancelación de la deuda.
La ayuda desciende en España
En el caso del Estado español, el informe explica que, si se descuenta de la AOD «la ayuda inflada artificialmente», el porcentaje cae hasta el 0,14 por ciento de la Renta Nacional bruta (RNB), quedando en niveles similares a los que reflejan países como Grecia, Estonia o Eslovenia. «Cuando el Gobierno alega que no es relevante alcanzar el 0,20 o el 0,22 por ciento, sino que lo importante es establecer los cimientos de las políticas, olvida que sin fondos para consolidar esos cimientos y garantizar resultados poco o nada puede hacerse», apuntan refiriéndose al caso español.
En 2013 la ayuda estatal ascendió a 1.656 millones de euros, sólo 71 millones más que en 2012 maquillados, en realidad, gracias a la cancelación de la deuda del África Subsahariana. Esto significa que la cantidad para los países socios no aumentó nada, más bien lo contrario. Entre 2009 y 2013 la ayuda española cayó en términos reales un 65 por ciento, lo que significa que la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID), el órgano encargado de la gestión, apenas dispuso de 266 millones de euros en el presupuesto de 2013 para proporcionar asistencia a 23 países prioritarios.
De esta forma, el esfuerzo de concentrar la ayuda geográficamente, tal y como recomienda la OCDE, «no puede tener ningún impacto dada la enorme disminución de los recursos», añade el informe.
Agenda Post 2015
Las previsiones futuras tampoco son positivas: se espera que para para el próximo año los Gobiernos de la mayoría de los Estados miembros de la UE no puedan cumplir ni siquiera el objetivo intermedio del 0,56 por ciento, establecido en 2010. «A medida que el mundo avanza hacia el acuerdo de un nuevo y, esperemos, ambicioso marco de desarrollo y de unos objetivos posteriores a 2015, la comunidad de donantes tiene una responsabilidad especial, la de responder a sus compromisos respecto a la AOD», consideran las oenegés europeas.
La Agenda Post 2015, que sustituirá a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), muchos de los cuales no se han logrado, ofrecerá una nueva etapa y un nuevo modelo, así como un renovado compromiso respecto al desarrollo.
Desde Concord consideran que la UE puede contribuir a que la eficacia del desarrollo ocupe un lugar central en la futura agenda, pero para ello debe «recuperar el rumbo». Hacen en este sentido una serie de recomendaciones, como publicar antes de finales de este año la información relativa a la Iniciativa Internacional para la Transparencia de la Ayuda; excluir la asistencia inflada; seguir avanzando en una programación conjunta; aumentar la participación de la sociedad civil y de los actores relevantes; desligar la ayuda y no olvidar que la AOD debe tener como centro la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible.
La red de ONGDs europeas recomienda además recuperar la senda del compromiso con el 0,7 por ciento. Y en el caso de España, consideran prioritario que llegue al menos hasta los niveles de 2009.