El sacerdote llegaba a primera hora de la mañana al hospital Carlos III de Madrid en medio de grandes medidas de seguridad, hasta ahora sólo vistas en las películas de epidemias apocalípticas. Según los primeros partes médicos, permanece «estable», y no presenta síntomas de hemorragia. Está Aislado en el hospital, que se ha cerrado solo para atender su caso. Con su llegada España se convierte en el primer país europeo en tratar a un enfermo de ébola en su sistema sanitario.
Pero, pese a que el de Miguel Pajares es el primer caso «oficial» de la Unión, desde la Comisión Europea insisten en que el riesgo de que el virus se propague por el viejo continente es bajo. «El riesgo de que el ébola llegue a Europa es mínimo, casi cero», explicaba Frédéric Vincent, portavoz del Ejecutivo comunitario tras conocer la confirmación del contagio del sacerdote español. «Cuando se toman las medidas de seguridad no hay riesgo», insistía.
España informó el pasado viernes al Comité de Seguridad Sanitaria de la UE, que reúne a expertos de los 28, de sus planes para repatriar al sacerdote infectado. «España informó a la Comisión y al resto de países de que planeaba traer a alguien, y nos dio las garantías de que se haría en plena seguridad», aseguró Vincent. Fuentes Europeas recuerdan que son los Estados miembros quienes tienen las competencias para adoptar medidas y emitir consejos de viaje.
Y la reacción de los países europeos no se ha hecho esperar. En España el Ministerio de Exteriores desaconseja viajar a Sierra Leona, Liberia, Guinea o Nigeria, los países afectados por el brote. Una recomendación a la que también se han sumado Alemania, Grecia o Austria.
Alerta en los aeropuertos
Francia incluso va un paso más allá. Air France, una de las compañías europeas que más conexiones tiene con el continente africano, pide a los viajeros que rellenen un formulario, y sólo les entrega la tarjeta de embarque tras comprobar que no tienen fiebre. Además, una vez aterrizan en suelo francés, se vuelve a comprobar la temperatura de todos los viajeros procedentes de los países en riesgo.
En el aeropuerto de Bruselas se ha habilitado una zona separada de aterrizaje para los vuelos que procedan de los países afectados por la epidemia. Además, el personal de Brussels Airlines no pernoctará en Liberia.
British Airways ha sido por el momento la única aerolínea que ha suspendido sus conexiones con los países donde se han registrado casos de ébola. La compañía británica no volará a África Occidental al menos hasta el 31 de agosto. Hace unos días el ministro británico de Asuntos Exteriores, Philip Hammond, consideraba «altamente improbable» que el virus se extienda por el país, pero como prevención, en un hospital de Londres ya hay un pabellón preparado para atender posibles casos.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades mantiene una supervisión constante de la epidemia. Insisten en que el riesgo de infección es «extremadamente bajo», incluso para quien haya viajado a las zonas afectadas, siempre que no haya estado expuesto a líquidos corporales de personas o animales infestados. «El contacto fortuito en lugares públicos con personas que aparentemente no están enfermas no transmite la enfermedad», explican y recuerdan que el ébola tampoco se puede contraer «por manipular dinero o alimentos, por bañarse en una piscina o por la picadura de un mosquito».
Desde marzo la Comisión Europea ha destinado 3,9 millones de euros para combatir la epidemia que ha causado ya más de 900 muertes en África Occidental.