Los continuos recortes en los presupuestos de defensa y la fragmentación de los mercados europeos en este sector son, según la Comisión, una amenaza para la capacidad de Europa de hacer frente a los nuevos retos de seguridad de manera autónoma y eficaz. Los ministros de defensa han establecido un Plan de Acción destinado a mejorar la eficacia y la competitividad
Esta industria movió en 2012, unos 96.000 millones de euros en los países de la UE, da trabajo a unas 400.000 personas y genera casi un millón de trabajos indirectos. La investigación en este ámbito produce importantes efectos indirectos en el campo de la electrónica, la industria aeroespacial y la aviación civil.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha declarado que «no tendremos el peso que necesitamos a nivel internacional, sin una política de defensa común y para conseguirlo, hay que reforzar este sector». «Hay que tener una tecmología industrial de defensa más competitiva y un mercado más ágil y en épocas con poco recursos hemos de conjugar objetivos, esfuerzos y recursos para evitar duplicar programas» y aumentar los gastos.
El comisario de Industria, Antonio Tajani, ha señalado que «la defensa Europea... se ve perjudicada por la falta de nuevos programas». «Es vital que la industria europea de defensa mantenga su posición mundial como centro de fabricación e innovación». Por su parte Michel Barnier, responsable europeo de Mercado Interior, ha insistido en que «Europa necesita una política común de seguridad creíble para garantizar su seguridad y asumir sus resposabilidades en el mundo». La defensa, ha recordado Barnier, «sigue siendo un ámbito de soberanía nacional, pero la Comisión debe movilizar sus políticas para potenciar el sector».
La Comisión propone un mercado interior de seguridad y defensa ofreciendo una mayor competitividad de la industria europea, unificando sinérgias en los campos civil y militar. La CE quiere convencer a los Estados miembros y a los ciudadanos de que los contribuyentes obtendrán beneficios al evitar la duplicidad de las inversiones en R+D, lo que supone un uso más eificiente de la industria espacial y que la fuerzas armadas europeas reduzcan el consumo de energía, beneficiando al medioambiente.