Para la Comisión Europea el crecimiento de Europa «será con la economía circular o no será». Janez Potočnik, comisario encargado de Medioambiente, asegura que «Vivimos con sistemas económicos lineales heredados del siglo XIX en el mundo del siglo XXI, caracterizado por las economías emergentes, millones de nuevos consumidores de clase media y mercados interrelacionados».
Para competir en estas circunstancias hay que sacar el máximo rendimiento a los recursos, que significa que no hay que tirarlos a los vertederos, sino reciclarlos para darles un nuevo uso productivo.
«Convertirse en una economía circular no solo es posible, sino rentable, lo que no quiere decir que ese cambio se vaya a producir sin las políticas apropiadas», añade Potočnik.
La UE propone unos objetivos para 2030 que los Estados miembros deben poner en marcha lo antes posible «para acelerar la transición a la economía circular y aprovechar las oportunidades empresariales y laborales que esta ofrece».
Reciclar, reciclar y reciclar
Bruselas ha elaborado un paquete de medidas para alcanzar un uso más sostenible de los recursos en la UE, que cubre áreas que afectan al consumo, a las pequeñas y medianas empresas, a la industria y al empleo. Con ellas se reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero y se crearán 580.000 nuevos empleos.
Entre las medidas, se apuesta por la reutilización y el reciclado y mucho menos por el uso de materias primas. La UE está en vías de una reindustrialización sostenible que garantice el acceso a las materias primas, al tiempo que reduzca el impacto ambiental y las emisiones de gases de efecto invernadero.
La Comisión pide que se recicle el 70 % de los residuos municipales y el 80 % de los envases de aquí a 2030. A partir de 2025 estará prohibido arrojar residuos reciclables a los vertederos y recuperables desde 2030 (incluyendo las bolsas de plástico de un solo uso). También para Museo Ciencias Naturales2023 los residuos alimentarios tendrán que haber disminuido en un 30%. Así como la basura marina
Empleos verdes
Algunos estudios empresariales destacan en esta economía circular importantes oportunidades de ahorro en costes de material para la industria de la UE y un potencial para impulsar el PIB hasta en un 3,9 %. Según la CE, la productividad podría aumentar en un 30 % en 2030 y el PIB un 1%.
El diseño ecológico, la reutilización y medidas similares podrían suponer un ahorro neto de 600 mil millones de euros, el 8% de la facturación anual para las empresas en la UE, mientras que la reducción de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero se podría reducir entre el 2% y el 4%. Según los pronósticos, la industria ecológica se vería duplicada en 2020.
La economía se hará más competitiva y sostenible a medida que aumente la productividad de los recursos que creció en la UE un 20% en el período 2000- 2001, incluso durante la crisis. El mantenimiento de esta tasa daría lugar a un nuevo aumento del 30% en 2030, y podría elevar el PIB en casi un 1%, mientras que se crearían dos millones de puestos de trabajo más que en un escenario convencional.
Apoyo a las PYME
Las autoridades nacionales, regionales y locales y los interlocutores sociales tienen un papel importante en este proceso como elemento de apoyo y para coordinar la inversión, infraestructuras, tecnología y conocimientos hacia las empresas, en particular a las PYME.
A través del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, los fondos estructurales europeos y de inversión, el Plan de Acción Eco-innovación, el Plan de Acción Verde para las PYME, el programa COSME y la agenda de consumidores europea, Europa apoyará al sector empresarial dirigiendo los fondos europeos a programas y planes que apoyen el crecimiento verde, además de aportar información y monitoreo a las actividades implementadas.
El cálculo del consumo de recursos
Grupos ecologistas como Amigos de la Tierra, celebran las medidas de gestión de residuos y la armonización, simplificación y unificación de las mediciones en la gestión de desechos de este plan.
Según Alodia Pérez, responsable de la campaña de Recursos Naturales y Residuos en Amigos de la Tierra, «estas medidas suponen un gran reto para el gobierno español, que tendrá que intensificar esfuerzos para lograr los objetivos planteados para el reciclaje y reducir los residuos vertidos, más aun teniendo en cuenta la creación de empleo prevista».
Sin embargo, consideran que son insuficientes para el «voraz apetito de recursos» con el que se va a enfrentar Europa.
Desde la organización, explican que la propuesta de reducir un 30% el consumo de recursos está basada en el peso de los materiales utilizados en Europa en relación con el PIB, y de esta manera, no considera la enorme cantidad de suelo y agua que se usa indirectamente en todo el planeta. Esta medida, por tanto, no puede considerarse eficaz para reducir el uso de recursos naturales, mucho menos cuando Europa es un importador neto de materias, y depende de los recursos de otros países para su consumo.
Ariadna Rodrigo, Responsable de la campaña de Recursos Naturales en Amigos de la Tierra Europa, afirma que «las medidas no reflejan el consumo total de Europa, por lo que no se podrá realizar un esfuerzo real de reducción en el consumo de recursos naturales. Es imprescindible medir el consumo europeo de suelo, carbono, agua y materiales en todo el planeta para reducir su uso en términos absolutos».