Si algo sabe todo el mundo es que los Juegos Olímpicos se celebran cada 4 años, sólo las dos guerras mundiales -algo que no pasaba en la antigua Grecia- lo impidieron en 1916, 1940 y 1944. El empuje del aristócrata francés Pierre de Coubertain y el dinero del magnate griego Georges Averoff, hicieron posible que se recuperaran los Juegos en la época moderna. La siguiente cita fue en París, se incluyeron en las actividades de la Exposición Universal, como también ocurrió en Saint Louis (EE.UU.). Pero no fue hasta Londres 1908 en que los Juegos no se organizaron de manera profesional. Para ello se construyó un estadio moderno, el Shepards Bush, con capacidad para 70.000 espectadores. Se incluyeron los deportes de equipo compuestos por selecciones y no por clubes nacionales.
En 1912, Estocolmo sentó las bases de una competición moderna con medición electrónica. 4 años más tarde Berlín iba a ser la sede, pero la Primera Guerra Mundial obligó a suspenderlos y en 1920, Amberes, destruida durante el conflicto bélico, acogió unos juegos donde se boicoteó la presencia de deportistas de Alemania, Austria, Hungría, Turquía, Bulgaria, Polonia y la URSS.
En 1924 París acogió los primeros juegos «universales», en los que participaron 44 países y 3.000 atletas. Alemania no participó y un nadador austríaco fue la estrella sobre la piscina y luego sobre el celuloide. Johnny Weissmuller, más conocido como Tarzán. En 1928 Amsterdam recibió por primera vez al deporte femenino. Y Hitler aprovechó los Juegos de 1936 para ensalzar su ideología, aunque un atleta negro, Jesse Owens, ganara a la raza aria, con cuatro medallas de oro.
Londres iba a acoger las Olimpiadas de 1944, pero tuvo que esperar hasta 1948. En esa ocasión tampoco fueron invitados ni alemanes ni japoneses, los países perdedores de la II Guerra Mundial. Los resultados de esa olimpiada acusaron la penuria postbélica, con unas marcas muy lejos de las anteriores.
Helsinki 1952 devolvió los Juegos a la normalidad deportiva potenciando la armonía entre los atletas y los países. Tras Melbourne, los juegos vuelven a Europa y Roma organiza los de 1960, los primeros televisados en directo para todo el mundo. La Alemania dividida compitió como un solo país, con la novena sinfonía de Beethoven como himno.
8 años más tarde Múnich'72 vivió uno de los episodios más negros de la historia olímpica, el atentado terrorista que acabó con la vida de 17 personas, entre ellos nueve deportistas israelíes. A partir de ahí las Olimpiadas se convirtieron en una disputa política de la guerra fría con continuos boicoteos, que llegaron a su punto culminante en las citas de Moscú 1980 y Los Ángeles 1984. Dos ediciones excelentemente organizadas pero con unos resultados con un reducido valor deportivo.
La familia olímpica se reencontró en Barcelona'92. Se aceptó a Sudáfrica, la URSS, desmembrada en varias repúblicas, compitió como «equipo unificado» y los atletas yugoslavos compitieron bajo la bandera olímpica.
El nuevo milenio recibió los Juegos en Sidney para regresar a Atenas en 2004, covirtiéndose en la cita más cara de la historia. Y tras pasar por Pekín, los Juegos vuelven a Europa por decimoquinta ocasión. Londres 2012 tiene el listón muy alto, tanto en el aspecto deportivo como en el económico y de seguridad.
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