Barroso hará uno de sus últimos actos públicos al frente de la CE, cargo al que accedió en 2004, precisamente en la capital del país que presidió. Su objetivo es recopilar y validar los progresos científicos europeos logrados a lo largo de los diez años que ha dirigido la política comunitaria. Y es que, Barroso está de despedida. En pocas semanas, Jean-Claude Juncker le sucederá en el cargo.
Los medios lusos han aprovechado la oportunidad para pasarle revista: «Algunas voces críticas del mundo académico dicen que se trata de una conferencia del final del segundo mandato de Durão Barroso al frente de la CE, donde se juntan sólo personalidades portuguesas y europeas de la misma tendencia política», ha publicado el periódico portugués Expresso.
«A pesar de las dificultades financieras de la Unión Europea, en los últimos años ha sido posible comenzar a colocar a la ciencia y a la innovación en el centro de la estrategia de crecimiento», mantiene Barroso, quien ha recodado que el programa Horizonte 2020 tiene un presupuesto de 80.000 millones de euros para los próximos siete años, lo que representa un aumento del 30 por ciento en la financiación a la ciencia, investigación e innovación. El presidente saliente ha subrayado también que bajo su liderazgo se colocó a la ciencia, a la investigación y a la innovación en el «corazón de la agenda europea», en particular con la creación del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología y del Consejo Europeo de Investigación.
Un presidente sin futuro político
Las preguntas de los periodistas a la salida de la conferencia celebrada en la Fundación Champalimaud obligaron una vez más a Barroso a hablar de su futuro. «No tengo en este momento ningún tipo de planes de actividades políticas. Por razones personales y familiares no voy a comprometerme con ninguna actividad política en el futuro previsible», ha afirmado ante los medios.
El político conservador portugués también ha aprovechado su intervención para recordar que «pasamos la mayor crisis financiera, económica y social desde el inicio de la integración europea. Fue la mayor prueba de estrés nunca antes vista en la integración europea». Apuntó asimismo que «Europa se enfrenta a muchos desafíos y muchas de las soluciones vendrán de la ciencia y de las nuevas tecnologías».
El encuentro de Lisboa también ha servido para lanzar el informe del Consejo Asesor de Ciencia y Tecnología (STAC, en sus siglas en inglés), que asesora al presidente sobre las materias científicas. El estudio esboza algunas oportunidades que podrían ser proporcionadas por la ciencia y la tecnología, como la medicina personalizada, las tecnologías que mejoran el rendimiento, las imágenes cerebrales y el microbioma (microbios en el cuerpo humano), que «podrían ayudarnos a comprender y abordar más eficazmente las enfermedades en el futuro», dice la Comisión en una nota.
Sobre empleo, el informe recomienda que la UE y los Estados miembro se centren en la formación de jóvenes y personas mayores por igual, de modo que los conocimientos, las habilidades y el pensamiento crítico puedan ser adquiridos a lo largo de toda una vida de trabajo. En relación con el medio ambiente, el clima y la energía, se destaca la investigación para reemplazar o encontrar nuevos materiales (por ejemplo, el grafeno), así como el potencial para desarrollar industrias de base biológica para la producción.