Estos días en Colombia la serie «Pablo Escobar, el patrón del mal», recuerda el daño que causó el capo del cártel de Medellín en su país, donde compró a políticos, juristas, policías y provocó el caos y el terror durante varias décadas. Luego ocuparía su lugar la guerrilla de las FARC. México libra una batalla contra el narcotráfico que le ha costado la vida a unas 50.000 personas desde 2006, y el poder de las mafias y el crimen organizado se extiende a Centroamérica donde unos gobiernos débiles y unas instituciones fáciles de corromper experimentan como las redes del narcotráfico se ramifican en el campo de la política, la económica y la sociedad de esos países. El dinero fácil y el poder atrae a los más jovenes que, muchas veces, lo ven como la única oportunidad para no emigrar y mejorar su nivel de vida. Perú, el país que acoge esta cumbre, ha vivido una situación similar con Sendero Luminoso. Ahora es el primer productor de cocaína del mundo, superando por primera vez en diez años a Colombia.
El Rin porta unas 11 toneladas de cocaína anualmente, llega desde los retretes hasta la corriente del río, según un estudio realizado hace unos años por el Instituto de Investigación Biomedicinal de Nürember. Cocaína, cannabis o ansiolíticos como el diazepam son sólo algunas de las sustancias que fluyen por los ríos españoles. En el cauce del Tajo un estudio del CSIC localizó 12 tipos de sustancias ilícitas procedentes de la orina. Por eso los expertos piden que ambas partes colaboren para luchar contra la producción y el consumo.
De la más de 300 toneladas de coca cultivadas en Perú, sólo el 4 por ciento se consume en Estados Unidos. El grueso de la droga se vende en Europa, y especialmente en España, que es el mayor consumidor europeo.
Perú ha negociado un acuerdo de cooperación con la UE y pide colaboración para luchar contra el lavado de dinero procedente de este mercado ilícito. En la cumbre se ha debatido sobre la despenalización de las drogas ante el fracaso de la lucha contra el narcotráfico en las últimas décadas. También quieren que se evite el encarcelamiento de los eslabones más vulnerables, como las mulas o los microcomecializadores de drogas.
El director ejecutivo para América, del Servicio Europeo de Acción Exterior de la Unión Europea, Chistian Leffler, ha dicho que «el problema de las drogas en de producción y de consumo, por lo que cada uno tiene que asumir un rol en la estrategia de erradicarla». El secretario general de Unasur, Alí Rodríguez, ha acusado a EE.UU y Europa de haber fracasado «estruendosamente» en reducir el consumo de drogas. porque «es un problema de decadencia de esas sociedades». Y ha recordado que «donde no hay mercado, no hay consumo y no hay producción».
El zar antidrogas estadounidense, Gil Kerlikowske, segura que el consumo de cocaína ha caído un 40 por ciento tras utilizar otras vías que no sean las policiales. La nueva estrategia apuesta por reformas judiciales innovadoras y rechaza el encarcelamiento masivo de consumidores no violentos. De las siete áreas de acción de la administración Obama, cuatro están basadas en la prevención, el tratamiento y la cooperación internacional.