Ramón Jáuregui puede presumir con razón de tener una carrera política extraordinaria. Ha sido sindicalista, concejal, secretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE), vicelehendakari, diputado al Congreso y, desde 2009, eurodiputado.
Considera que aún está aprendiendo de la política europea, pero hace un fino análisis realista de lo que pasa en Europa y aprecia los avances.
euroXpress- El desarrollo del Tratado de Lisboa es la gran prioridad de la presidencia española de la UE. ¿Se están cumpliendo las expectativas?
Ramón Jáuregui- El funcionamiento institucional, el engranaje que se crea con el Tratado de Lisboa ha echado a andar. El primer gesto de la presidencia española es la generosidad en la búsqueda de un asentamiento de las nuevas figuras institucionales. En segundo lugar, ya se están haciendo cosas como la iniciativa legislativa popular o la adhesión de la UE al Convenio de Derechos Humanos para dar un soporte jurídico, un tribunal nuevo para dar oportunidad a los ciudadanos a reclamar contra los actos de la Unión. Otra cosa es que la crisis de los mercados financieros, y particularmente el caso de Grecia, han provocado una erupción de los temas económicos como grandes temas de la presidencia y a eso hay que dedicarle mucha atención porque son los temas centrales de la política europea en estos momentos.
eXp- ¿Qué piensa de las discutidas figuras del presidente estable, Van Rompuy, y de la nueva jefa de la diplomacia europea, Catherine Asthon?
R.J.- Yo aplicaría el viejo principio de e pur si muove. A pesar de todo, avanza. Ambas figuras nacieron con enormes reticencias. Que si Van Rompuy no era conocido por nadie, que la señora Ashton no era experta en política internacional... Al final, estas cosas se van apagando y va emergiendo la realidad. Rompuy va construyendo su espacio. Insisto en que España está siendo generosa en la búsqueda de que su papel institucional, de que esté siempre por encima de todo y de todos. Y la señora Ashton va entrando en materia.... Por eso digo que, poco a poco, Europa avanza.
eXp- ¿No cree que ese poco a poco sigue distanciando a los ciudadanos de Europa?
R.J.-Yo estoy de acuerdo en que esto es lento, pero en la UE hay realidades políticas muy diferentes e intereses nacionales demasiado presentes en todas las políticas. Es muy difícil concitar consensos y eso hace que el ritmo sea lento. Pero si uno mira con perspectiva histórica, hay que decir que Europa siempre acaba emergiendo. Ahora, la crisis económica ha puesto sobre el tapete varias medidas impensables hace poco: la posibilidad de un Fondo Monetario europeo, de emitir bonos, la supervisión financiera... son cosas que demuestran que Europa avanza, a ritmo ,a veces, un poco desesperante y siempre con la incomprensión ciudadana, porque es muy difícil trasladar tanta complejidad.
eXp- Esos intereses nacionales se han puesto en evidencia en el caso del rescate de Grecia. La posición común se va diluyendo en diferentes perspectivas de los Estados, hasta el punto de que Papandreu amenaza con recurrir al FMI, si no hay planes concretos.
R.J.- Es un momento crítico. Los mercados financieros, que existen pero que nadie sabe como identificar y a quien responsabilizar, han decidido ponerse nerviosos ante la enorme emisión de deuda de todos los países del mundo, han seleccionado negativamente según la calidad macroeconómica de los países y han puesto a Grecia en el punto de mira. Y al hacerlo, con Grecia lo han hecho con Europa y Europa está respondiendo a medias. El Consejo lanzó un claro mensaje a los mercados de que Grecia no va a quedar abandonada, pero no concretó de qué manera. A partir de ahí el problema es que Alemania plantea unas exigencias quizá insoportables para la población griega y, al mismo tiempo, hay necesidad de que no sea un organismo externo el que venga a ayudar a Grecia, porque sería una cosa humillante. Yo creo que Europa va ayudar a Grecia, con unos caminos de ortodoxia muy severos. Alemania va a poner su mano ahí, porque es quien pone la mayor parte del dinero y mucho me temo que esto puede resultar muy duro para todos en los próximos años.
eXp- Parece que ahora todas las esperanzas están puestas en la Estrategia 2020, que algunos ya critican porque no obliga a los Estados.
R.J.- No hay que exagerar la importancia de la estrategia 2020, pero tampoco devaluarla. Marca unas líneas estratégicas, el rumbo hacia una sociedad que económicamente tiene que competir en los más altos niveles del empleo y de la cualificación tecnológica y para eso hay que gastar mucho dinero... Luego eso hay que concretarlo y hacer la travesía con la perspectiva de que somos países con realidades distintas y de estructura económica muy diferentes. La estrategia 2020 no es una varita mágica, pero es lo que a Europa le corresponde hacer.
eXp- Usted es partidario de establecer una tasa sobre las transacciones financieras. ¿No es una fantasía pensar que una tasa Tobin pueda ser aplicada?
R.J.- El infierno está empedrado de buenas intenciones, dice el refrán. Desde que el premio Nobel Tobin formuló su famosa tasa, el asunto ha estado mortecino. Pero la crisis ha hecho que ahora se apunten a ella hasta los más reconocidos neoliberales. Creo que desde el punto de vista moral es imprescindible. Que los movimientos de capital, que en buena parte son culpables de todo lo que nos está pasando, no paguen nada por sus especulaciones y por sus beneficios es absurdo. Por tanto, hay una lógica moral impecable. Además económicamente es formidable por la posibilidad que aporta para que en crisis como la que hemos sufrido no haya que tirar del dinero de los contribuyentes. Eso sería muy razonable. Y desde el punto de fiscal, sería una cosa compleja, pero serviría para combatir los espacios opacos de paraísos fiscales. No es nada fácil establecer esa tasa pero no hay que renunciar a un objetivo tan grandioso, tan moralmente impecable.
eXp- ¿En el Parlamento europeo se notan las nuevas atribuciones que le da el Tratado de Lisboa?
R.J.-El Parlamento europeo ha estado durante muchos años haciendo grandes informes sin valor legislativo. Por primera vez, la Eurocámara decide cosas, hace leyes. Por ejemplo si el tratado SWIFT , sobre cesión de datos, que firma Europa con Estados Unidos no le gusta, lo rechaza y automáticamente esto no entra en vigor. Lo mismo va a pasar con el Tratado de Colombia o de Marruecos u otras muchas cosas. La gran aportación de Lisboa es el nuevo Parlamento europeo.
eXp - ¿Y las otras instituciones? La Comisión no obtuvo buena nota en su examen ante el Parlamento y el Consejo no demuestra voluntad de trabajar unidos...
R.J.- En la Comisión acaban de empezar, están haciendo equipos y desarrollando programas de trabajo. Pero están volcados en hacer las cosas como deben, en hacer un buen gobierno para Europa. El Consejo representa los intereses de los Estados y ahí hay siempre una cámara de reserva al avance. En todo caso, la presidencia de turno y la presidencia permanente tienen que acabar suavizando reticencias de los países.
eXp- ¿Alemania y Francia siguen mandando en la UE?
R.J.-En temas económicos, es evidente. Sobre todo Alemania, pero también Francia o Reino Unido, porque aportan mucho dinero, porque son preponderantes por su PIB o su población, o porque tienen el mundo financiero concentrado en su capital. Es inevitable y hay que ser pragmático, partir de esas realidades porque si no, no se construye ningún avance.
eXp- ¿El voto contra Cuba de los eurodiputados españoles ha puesto en una posición difícil al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos?
R.J.- No creo que eso sea así. La muerte de Zapata y la condena del Parlamento europeo introducen un marco de tensión con Cuba que no ha sido el mejor escenario en la estrategia de Moratinos. Pero una cámara como el Parlamento europeo, que es muy sensible a los temas de derechos humanos, no debe dejar de pronunciarse sobre situaciones con países con los que hay una relación política, afectiva e histórica en la que ocurren cosas como las que han ocurrido. Ahora bien, Moratinos tiene razón en la pretensión de que la UE altere su estrategia hacia cuba para ver si puede ayudar mejor en la transición hacia la democracia. Porque los 13 años de posición común que impuso Aznar, de bloqueo político, tampoco han servido para nada. Pero algunas cosas han empezado a cambiar: Estados Unidos ha abierto un marco de relación con Cuba. Lula, desde Brasil, está abriendo América Latina hacia Cuba, la OEA ha cambiado su posición. Moratinos tiene razón al plantear ayudar más por otras vías. A los que sufren persecución política en Cuba y a la capacidad de evolución del régimen hacia fórmulas más democráticas y, por supuesto, sin represión.
eXp- Mójese más. ¿Es usted partidario de que la UE cambie la posición común hacia Cuba?
R.J.- Sí. Yo soy partidario de que se encuentre un nuevo consenso, pero hace falta que sean todos los países de la UE los que compartan este análisis y yo creo que los esfuerzos de Moratinos están en la buena dirección.
eXp.- Le pido ahora una opinión como eurodiputado, pero también como gran conocedor de la lucha antiterrorista. El asesinato de un policía en Francia hará cambiar la colaboración de Francia en la lucha contra ETA?
R.J.-Desde principios de los 90 Francia viene siendo un país de colaboración plena. De las cuatrocientas detenciones de miembros de ETA que se han producido en los últimos dos años, más de la mitad se han producido en Francia. No sería justo decir que después del asesinato de un policía francés vaya a haber una reacción de más implicación, porque ya la hay. Otra cosa es que la sensibilización del cuerpo policial sea ahora mayor, en el sentido de que estamos ante una banda criminal, que atenta en España, pero que opera desde Francia y que también mata en Francia. Y esto sí provoca una concienciación, una intensidad del esfuerzo de todas estas instancias probablemente mayor.
eXp- Como peripecia personal, ¿cómo vive usted el periplo Vitoria-Madrid-Bruselas?
R.J.-Vitoria es mi ciudad de residencia, Madrid es mi plataforma de traslado y en Bruselas está mi trabajo. No es cómodo, pero está resultando un aprendizaje estupendo de lo que es Europa. He vivido todas las esferas políticas: local, autonómica, nacional... y para mí estar en Bruselas es una oportunidad extraordinaria si puedo aportar algo,
eXp- ¿Echa de menos la política española?
R.J- La política española la tengo próxima, y la vasca, en el corazón. Pero ahora estoy volcado en mi trabajo europeo.