Hablamos con Antonio Garrigues Walker
Jurista, presidente del despacho de abogados Garrigues, el mayor de Europa continental y uno de los mayores del mundo, ha participado y sigue haciéndolo en varias ONGs, especialmente en las que tienen relación con refugiados (ACNUR) o la lucha contra la corrupción (Transparencia Internacional).
: Cortesía del entrevistado" href="/img/2013/12/Antonio_Garrigues_Walker.jpg">: Cortesía del entrevistado" class="cuadrada" alt="Antonio Garrigues Walker" src="/img/2013/12/Antonio_Garrigues_Walker.jpg" height="324" width="500" />Ha recibido el premio Internacional de Ensayo Jovellanos 2013 por su libro «España, las otras transiciones» en el que ha reunido artículos, conferencias y reflexiones que él mismo escribió desde 1956 a 1986.
Un hombre de mundo y en el mundo, que ha sido Presidente y es Patrono de Honor de las Fundaciones Consejo España-Estados Unidos, España Japón y España- Australia, y patrono de las Fundaciones España-China y España-India. Además tuvo una incursión en la política, con la llamada «Operación Reformista», que él define como «un fracaso esplendoroso», aportando un programa liberal, una ideología que ha seguido defendiendo por otros medios.
«El estamento político se ha ido anquilosando y como consecuencia distanciándose de la ciudadanía y perdiendo credibilidad»
Con Garrigues Walker hemos mantenido una larga conversación sobre su libro, España, la Unión Europea y la situación mundial.
euroXpress: La época que abarca en los artículos es una época muy importante en la historia de España y de la UE
Antonio Garrigues Walker: En esos treinta años, del 56 al 86, pasan muchas cosas en España, pasan muchas cosas en Europa y pasan muchas cosas en el mundo. Tres décadas importantes. Para España tuvieron un significado especial porque en esos 30 años se produce un movimiento modernizador en nuestra economía, en nuestra cultura y en nuestra sociología incluso, que concluye en el 86 con la incorporación de España a Europa -un viejo sueño-, a la OTAN y en definitiva al mundo.
Intento analizar esa época respetando, por descontado, la importancia de la tarea que llevó a cabo el estamento político, aunque insistiendo en que hubo además otras transiciones que fueron la sindical, la empresarial, la sociológica y la cultural, que también fueron muy importantes pero de las que se ha dicho muy poco.
eXp: ¿Cuál de esas otras transiciones significó más para España?
AGW: Graduarlas es difícil como uno puede imaginarse. La que más destaco y la que me parece más significativa de un proceso de modernidad y que tiene que ver con la calidad democrática es la transición de la mujer. El protagonismo de la mujer al comienzo de ese periodo, y no digamos antes, era prácticamente nulo y el sentimiento de machismo que había en la sociedad española era realmente primario. Creo que lo que se ha producido en esos 30 años, y se sigue produciendo en esta época, es el ascenso de la mujer a un protagonismo en el sector público, en el sector privado, en el sector político o en el sector empresarial, sobre todo económico, cada vez más acentuado.
En la propia carrera judicial el porcentaje de mujeres se acerca al 72 o al 73 por ciento. Lo cual implica que ha habido un cambio sociológico decisivo, que se ha producido además sin muchos traumas y sin muchos problemas. En ese aspecto creo que el papel de la mujer en España se puede comparar, yo diría que con clara ventaja, con el de cualquier país europeo.
Pero también el empresarial fue importante y el sindical. Los sindicatos cumplieron en aquella época una tarea de una positividad y una civilidad realmente maravillosas.
eXp: En su libro «España, las otras transiciones» escribe que «algunos estamentos, político, judicial, sindicatos, iglesia, monarquía no han evolucionado de forma positiva»
AGW: Lo decía en aquella época cuando intentaba reflejar la situación. Fueron poco a poco adaptándose a las nuevas circunstancias, porque no tenían otro remedio que hacerlo.
eXp: Hay otro capítulo el de cultura fiscal que, visto desde desde el fraude y la elusión fiscal de hoy, parece que algo faltó en esa transición o ¿ha sido una regresión?
AGW: La verdad es que uno ve los temas que destaco y hay algunos en los que parece que el avance ha sido pequeño. España necesita generar una cultura fiscal mucho más exigente. Vivimos una época, yo la viví, en la que nadie pagaba sus impuestos. A partir de la introducción del delito fiscal, que es una clave para mejorar la cultura fiscal, las cosas han ido mejorando. Pero todavía queda mucho por mejorar. Esa pregunta que hacemos todavía en España de «¿con IVA o sin IVA?» demuestra nuestra insensibilidad frente a este fenómeno. No solamente por el tema del IVA, sino en general por todo lo que se refiere a los impuestos.
Y en un país, el alto cumplimiento de los servicios fiscales no es solamente bueno desde el punto de vista de la recaudación, es bueno en todos los sentidos, en el de la calidad democrática, eficacia económica... etc. Creo que ese es un terreno en el que tenemos que mejorar, igual que tenemos que mejorar en la cultura del diálogo. El estamento político se ha ido anquilosando y como consecuencia de ello distanciándose de la ciudadanía y perdiendo credibilidad a borbotones. Un estamento que no se adapta a las nuevas circunstancias acaba perdiendo protagonismo y, en definitiva, acaba siendo arrumbado.
eXp: ¿No se adapta porque se quedó parado en un momento pensando que ya había hecho su transición, o porque no entiende a la ciudadanía, no entiende a la sociedad, no entiende la evolución?
AGW: Esa puede ser un poco la razón pero también he dicho y sigo insistiendo muchas veces en que no es un fenómeno únicamente español, lo mismo ha pasado en Grecia, lo mismo ha pasado en Italia, en Italia incluso con más dramatismo que en España. Ha pasado en general.
Como decía antes, el estamento político está perdiendo credibilidad y se está distanciando de la ciudadanía. Pero a nosotros lo que nos importa es que eso no pase en España. Creo que en muchos grupos políticos hay buena voluntad, pero esa frase famosa de que 'el espíritu está pronto, pero la carne es flaca', provoca este tipo de situaciones. Hay voluntad, se dice que hay voluntad, pero la verdad es que los partidos políticos -que son los que representan y entienden la democracia con mayor protagonismo- no tienen estructuras democráticas internas y eso es una contradicción y además es un peligro.
Hay una resistencia tremenda a modernizar los partidos políticos porque estamos en corrientes electorales permanentes y el político vive tan a corto plazo que su único objetivo es «¿cómo sobrevivo a las próximas elecciones?». Lo demás les trae absolutamente sin cuidado.
eXp: ¿Qué puede hacer la sociedad civil? ¿hay una cultura en la sociedad española como para presionar a los partidos?
AGW: Muy pobre, muy pobre. La hay y está mejorando porque ya hay una ley un poco mejor, la Ley de Asociaciones y Fundaciones que lo hace más factible, pero aún así sigue siendo una sociedad civil mal financiada por el sector público, al menos hasta ahora. Además, va a desaparecer poco a poco, porque el sector público no tiene dinero. Es una sociedad todavía temerosa, que tiene demasiados miedos al poder constituido.
En estos momentos la única voz que debería presionar a los políticos es la de la sociedad civil, y aunque empieza a haber algunos movimientos, todavía son muy escasos y poco efectivos.
eXp: ¿Como ha sido la evolución de la UE en ese mismo período, que va casi desde su constitución?
AGW: Yo creo que ha evolucionado, no se pueden negar avances, pero en los temas básicos en los que determinarían la capacidad de Europa para tener una voz única y una voz común la verdad es que andamos todavía muy lejos. En temas como por ejemplo, la unidad fiscal no hemos avanzado demasiado. Otros como la Unión bancaria y financiera, siguen pendientes. Sabemos, además, que Alemania es poco partidaria de ello.
En todos los temas básicos, la verdad es que los avances han sido muy pequeños. Se ha avanzado sin duda y eso ha tenido efectos positivos, también. Pero Europa debe darse cuenta de que, o mueve un poco más el trasero, en el sentido de acelerar sus procesos de reforma y sus procesos de unidad, o poco a poco se va a ir quedando obsoleta y sobre todo va a tener menos protagonismo en el mundo.
En estos momentos hay tres ejes básicos que son el eje americano, el eje europeo y el eje del Pacífico. Si a uno le preguntaran quién tiene las de ganar, yo diría que los otros dos tienen claramente más posibilidades de ganar que el eje europeo, es algo contra lo que deberíamos reaccionar a tiempo, pero cada vez pierdo más la fe en que la reacción se produzca.
eXp: Y esa pérdida de fe es porque no hay políticos europeos de altura que miren un poco más allá de lo inmediato, o porque se ha perdido el empuje europeísta?
AGW: Se ha perdido el empuje inicial, de eso no cabe duda. En estos momentos el nacionalismo pesa mucho más que el europeísmo. Cada país vive de sus problemas incluida Alemania, que aunque la gente cree que es un paraíso, está viviendo problemas económicos serios. Se está incrementando la pobreza interna debido a que el nivel de crecimiento es muy bajo, no llega al 1 % y dentro de nada quizá no llegue ni al 0,5 %.
Cada país mira los problemas desde su propio ombligo. Y en las elecciones europeas todo el mundo sabe que no vota en términos europeos, sino que vota en términos nacionales y es una pena porque tenemos que ser conscientes de que debemos tener un amor por Europa mucho más intenso y mucho más pragmático. También, en el sentido de que solamente una Europa realmente unida y con una sola voz, es la que nos puede asegurar un futuro digno y equilibrado. Hay que hacer una tarea educativa realmente seria.
eXp: A veces se ha dicho que vendrá Asia y controlará la economía ¿es posible que haya llegado ese momento?. ¿Es posible que los políticos europeos se hayan resignado y se digan: ya han llegado, ocupemos un papel secundario?.
AGW: Creo que no hay resignación y que Europa tiene bazas importantes. Por otra parte el eje del Pacífico tiene sus propios teoremas. Que nadie olvide que Asia tiene un campesinado que representa casi las dos terceras partes de su población, y que su proceso de crecimiento se ha detenido. Un país como India, que ha estado creciendo al 10 % este año, no va a llegar ni al 4 y es posible que se quede en el 3 y que el propio Japón tampoco está creciendo de una manera especial. El eje del Pacífico está creciendo y de cara al futuro va a ser importante, pero todavía le queda un tiempo.
No quiero ser catastrofista con respecto a Europa, pero Europa tiene que ser consciente de que si quiere cumplir un papel en el mundo tiene que hacer lo que tiene que hacer, y todo el mundo sabe qué tiene que hacer. Que es poner en marcha procesos de unidad efectivos. Ya sé que avanzamos, pero lo hacemos tan tan lentos que nos van devorar los bancos.
eXp: Se avecinan las elecciones al Parlamento Europeo y todo el mundo alerta de que se corre el peligro de que los partidos xenófobos y antieuropeos sean muy numerosos en el Parlamento.
AGW: Ese tema es inquietante. El resurgimiento de la extrema derecha en Europa no es un tema menor y además es un síntoma del mal funcionamiento de lo mecanismos y de las elecciones europeas.
En ese aspecto es curioso que España está un poco aislada. Es decir, en España movimientos de ultraderecha en ese sentido no han cristalizado en este momento. No digo que no haya gente que no piense como los extremistas de Francia, pero de momento no han cristalizado. Lo que está haciendo en Francia Marine Le Pen, es una tarea perfectamente estructurada y pensada. Y si en estas elecciones europeas se produce un éxito espectacular de esos movimientos será una noticia muy mala para Europa.
Aunque solo sea para combatir ese riesgo deberíamos generar un sentimiento hacia una Europa más pura, una Europa más valiente, una Europa más comprometida con los derechos humanos y espero que ese movimiento acabe superando claramente a estos otros fenómenos tan negativos.
eXp: ¿Quiere eso decir que estas transicione,s de las que usted habla en su libro, hay que continuarlas?
AGW: Hay que continuarlas. Por otra parte los problemas son distintos y muchas veces son nuevos, está la revolución tecnológica y científica que tendremos que acometer y que la estamos viendo venir. El mundo no ha dejado de cambiar y no va a dejar de cambiar. La ley del cambio es una ley que todos tenemos que asumir con naturalidad, por lo tanto las transiciones son siempre inevitables. En este momento debemos adaptarnos al mundo que viene, que es más global, más competitivo en todos los aspectos. Un mundo que exige cambios en muchas estructuras. Lo estamos viendo por ejemplo, en el propio seno de la Iglesia, el papa Francisco con su exhortación última la de «Evangelii Gaudium», (la alegría del Evangelio), está diciendo cosas que hace muchísimos siglos no nos decían desde la iglesia
eXp: El papa que viene de Argentina, de Latinoamérica, una economía emergente, es una personalidad nueva. ¿Es en estas regiones donde quizá ven más claro el futuro?.
AGW: Creo que sí. Para mi uno de los temas más inquietantes de la actualidad es el crecimiento de la desigualdad social y cómo la crisis está favoreciendo a los ricos y afectando muy negativamente al mundo de la pobreza, a los pobres. Se ha llegado a decir que en estos momentos Estados Unidos es el país más desigual del mundo, lo cual es verdad. En materia de salarios, una gran mayoría de los empleados americanos están ganado ahora menos de lo que ganaban hace 8 o 10 años. Hay una serie de estamentos que van a tener que hacer su propia reflexión sobre cómo mantener alguna estabilidad en la sociedad y por lo tanto el papa está hablando de eso. A mi me encanta el lenguaje que está empleando.
eXp: La clase media está sufriendo muchísimo, podría estar casi a punto de desaparecer. ¿Estamos volviendo casi al momento en el que usted comienza su libro?.
AGW: Creo que si y en ese sentido el mundo poderoso y rico tiene que ser realista además de ético y darse cuenta, -por realista más que por ético-, que ese crecimiento de la desigualdad social en términos dramáticos lo que hace es generar procesos inevitables e inexorables de inestabilidad y de peligro de revolución social. Por lo tanto tienen que ser ellos los principales interesados en volver al momento en el que el crecimiento económico favorecía a todos los estamentos, pero fundamentalmente a la clase media, que es la que da vertebración a la sociedad.
Desgraciadamente en ese aspecto hay signos en EE.UU. de auténtica irresponsabilidad. La propia Angela Merkel ha mencionado su preocupación por el aumento de la pobreza y las diferencias en su propio país. La pregunta es si habremos aprendido de esta crisis. Mi respuesta es que si, pero que la condición humana olvida y en cuanto se pone en marcha el crecimiento, vuelve de nuevo a la locura y a la borrachera.
eXp: No es muy optimista
AGW: No, aunque sí en el sentido de que la humanidad ha superado todas las épocas de crisis y ha puesto en marcha épocas de crecimiento. Yo anuncio que vamos a una época de crecimiento. Eso será dentro de 6 meses o dentro de 1 año de forma inexorable. Lo que tenemos que hacer es reflexionar a fondo sobre como utilizar esta época de crecimiento para hacer las cosas bien.