Jonsok en Noruega, Sankthans en Dinamarca, Jaanipaev en Estonia, Midsommar en Suecia o Juhanus en Finlandia, todos los países nórdicos han celebrado con hogueras la noche más corta del año. En el círculo polar ártico y la Laponia lo marca el sol de medianoche. Tienen por delante 60 días en los que el sol no se pone nunca. En Finlandia, con una cuarta parte de su territorio sobre el círculo polar, se encienden hogueras (kokkos) en balsas sobre los ríos o lagos para que luego la corriente los vaya deslizando. En Suecia son los Juhannusalkko, los protagonistas de las fiestas, postes adornados con flores que se levantan junto al mar, o en los bosques.
En Stonehenge casi 15.000 personas acudieron la madrugada del 21 a ese monumento megalítico, situado al suroeste de Inglaterra, para contemplar el amanecer del solsticio de verano. Decenas de druidas vestidos con túnica blanca acamparon en torno al complejo para ver la salida del astro a las 4.53 de la mañana. Aunque los tambores sonaron puntuales, el cielo encapotado no permitió ver el recorrido del sol entre las piedras de uno de los más impresionantes yacimientos megalíticos del mundo, que vivió su explendor hace unos 5.000 años. No todo es tan bucólico. La policía arrestó a 33 personas por robos, consumo de drogas o alcohol. El anillo prehistórico es patrimonio de la humanidad desde 1986, y los expertos todavia estudian quien lo construyó y con qué propósito.
En la península Ibérica, Las Fogueiras de São João, en Portugal, o las hogueras de San Juan en España... el fuego también es el protagonista. Cruzar descalzos alfombras con rescoldos, baño en la playa, verbena, baile, bebida, ensordecedores petardos y cohetes.... así se celebra el día más largo del año en el sur de Europa, principalmente el Mediterráneo. La noche de San Juan, relacionada con supersticiones y rituales de amor y suerte, no está reñida con la gastronomía. En Catalunya está noche se consumen unos dos millones de la típica coca de San Joan.
Más tranquilos celebran en Rumanía el cambio de estación. Bibliotecas, y centros educativos de la capital rumana abren sus puertas la noche del 22 para intercambiar todo tipo de actividades culturales. La noche cultural se inició en 2009 bajo el patrocinio de la EUNIC (Institutos nacionales de cultura de la Unión Europea). Participan el Instituto Cultural rumano, el Cervantes, el British Council, el Centro checo, el Balassi de Hungría, el Forum austríaco, el Camoes, el Instituto francés, el Goethe, el centro ucraniano o el Yunus Emre turco, entre otros . Los amantes del cine, la fotografía, las lecturas públicas en varios idiomas, convierten esa noche en una torre de babel, en la que no faltan las sospresas gastronómicas de cada país.