«En 2013, el agravamiento de la guerra civil en Siria produjo un aumento significativo de la población desplazada forzosamente en el planeta, hasta cotas desconocidas desde 2001, y también el incremento del número de personas que solicitaron protección internacional en la Unión Europea», añade el análisis . Y es que sólo el 3 por ciento de las personas refugiadas de Siria ha logrado protección en Europa.
Según datos de Eurostat que recoge el informe, en 2013 los 28 países miembros de la Unión Europea tramitaron la petición de protección internacional de 435.000 personas. A pesar de que supone un incremento del 23 por ciento respecto a 2012, es un dato muy bajo si tenemos en cuenta, por ejemplo, que es inferior a la mitad de las personas refugiadas sirias asentadas sólo en un pequeño país como Líbano. El 70 por ciento de las solicitudes de asilo se gestionaron en sólo cinco países: Alemania, Francia, Suecia, Italia y el Reino Unido. Mientras que Alemania tramitó el 29 por ciento de solicitudes (109.580 casos), España tan solo atendió el 1,03 por ciento (4.502).
El primer país de origen de estas personas fue Siria, con 50.000 solicitudes; pero sólo el 3 por ciento ha logrado protección internacional en la UE, según el informe de CEAR. Y es que los obstáculos son cada vez mayores para las personas que huyen de este país que sufre una terrible, opaca e invisibilizada guerra civil desde hace tres años.
En el caso de España, por ejemplo, se les exige visado de tránsito. El ministro del Interior español firmó resoluciones de asilo que afectaron a 152 personas de origen sirio; sólo cuatro obtuvieron el reconocimiento de la condición de persona refugiada. En cambio, 146 lograron la protección subsidiaria y dos fueron rechazadas.
Fracaso de las políticas migratorias europeas
«El trágico suceso acaecido el pasado día 6 [de febrero] en la frontera de Ceuta, que provocó 15 muertes y la devolución irregular a Marruecos de 23 personas, y que ha conmocionado a la opinión pública, ha puesto de relieve, una vez más, el fracaso de las políticas migratorias europeas, obsesionadas por la contención de los flujos migratorios, obviando la realidad de los países de origen y cualquier consideración humanitaria. Con esta férrea arquitectura política, los gobiernos están tratando de impedir la llegada de inmigrantes, refugiados y el acceso a protección internacional de personas que huyen de la guerra, la miseria, la persecución... para encontrar asilo en un país seguro», ha escrito Carlos Berzosa, presidente de CEAR.
El informe recoge también que en los últimos años los gobiernos europeos, con el apoyo de las operaciones que Frontex ha implementado en el Mediterráneo sur y central, han logrado el blindaje de las fronteras y, con ello, el desplazamiento de los flujos migratorios de las rutas central y oriental del Mediterráneo hacia la ruta de los Balcanes. En concreto, la impermeabilización de la frontera entre Grecia y Turquía ha originado un cambio de la vía de acceso de personas migrantes y refugiadas dentro de la ruta este del Mediterráneo, porque han desviado su trayecto hacia la frontera entre Turquía y Bulgaria, donde las solicitudes de asilo se han quintuplicado en tan solo un año, hasta registrarse 7.145 en 2013.
Pedir protección en España es una carrera de obstáculos
España sólo gestiona el 1 por ciento de las solicitudes de asilo de la UE, en total 4.502, destacando las de personas procedentes de Malí (1.478) y Siria (725), dos países que sufren conflictos internos de distinta índole e intensidad. «Pedir protección internacional en España sigue siendo una carrera de obstáculos, lograrlo una odisea que exige años de espera mientras se emprende un proceso de integración social y laboral cada vez con menos recursos públicos, cada año con mayor precariedad. Las personas refugiadas y las necesitadas de protección internacional que viven en nuestro país son uno de los colectivos en situación de mayor vulnerabilidad ante el devastador impacto de la actual crisis social y económica», concluye el informe.
Hasta 29 recomendaciones realiza la Comisión Española de Ayuda al Refugiado al Gobierno español como la supresión de la exigencia del visado de tránsito para las personas originarias de países en conflicto, como Siria, o cuya población sufre graves violaciones de derechos humanos, o el reconocimiento de la trata de seres humanos como un motivo de concesión de asilo. Y es que en 2013, España solo reconoció como refugiada a una víctima de las redes de trata de seres humanos, a pesar de que Naciones Unidas considera esta práctica como una «forma de esclavitud moderna».
Aumento de los desplazamientos
En enero de 2013, 45,2 millones de personas vivían lejos de sus hogares a consecuencia de las guerras y las graves violaciones de los derechos humanos. ACNUR desglosó esta cifra global en 15,4 millones de personas refugiadas, 28,8 millones de personas desplazadas dentro de las fronteras de sus países y casi un millón de personas cuya solicitud de asilo estaba pendiente de resolución. Además, existen 3,3 millones de personas apátridas que no están contabilizadas en las cifras globales. Estos datos suponen un aumento del 6,3 por ciento respecto al año anterior.