Conformar las políticas de empleo
Para los responsables políticos resulta fundamental determinar los factores que influyen en la creación neta de empleo y los sectores que más empleo crean. Se pretende redactar recomendaciones políticas basadas en un conocimiento diáfano de los mecanismos que rigen el mercado laboral europeo. El profesor Pissarides pone como ejemplo a Suecia, país que «crea el doble de puestos de trabajo que Italia en sectores sociales como la sanidad o la asistencia a la infancia. Esto explica en parte por qué Suecia cuenta con una tasa de desempleo menor que Italia, sobre todo entre las mujeres. La investigación realizada hasta ahora apunta a que un factor diferenciador importante reside en la política social de Suecia, que subvenciona intensamente la asistencia social, mientras que los subsidios en Italia son minúsculos».
Los resultados de esta investigación son aún preliminares. Las primeras observaciones han revelado que los patrones registrados a nivel paneuropeo tienen su origen en multitud de diferencias interesantes entre países. La mujer resulta clave en estas diferencias. El Reino Unido y los Países Bajos poseen políticas del mercado laboral que dan prioridad a la media jornada, mientras que en Escandinavia se subvencionan los empleos en sanidad, asistencia y educación, ámbitos tradicionalmente femeninos. Estos descubrimientos podrían tener implicaciones en la futura tasa de empleo de las mujeres, pues ofrecen un modelo político para fomentar que la mujer se incorpore al mercado laboral.
Esta investigación se basa en un trabajo anterior sobre tendencias de empleo europeas. A pesar del esfuerzo dedicado a este ámbito, aún existen pocas investigaciones sobre la actividad laboral por sectores, un trabajo que resulta esencial para comprender mejor el efecto de las políticas en los patrones de empleo. Es necesario saber, además de cuánta gente está empleada, qué tipos de trabajo desempeñan.
Más allá de la universidad
El profesor Pissarides explica que este trabajo posee repercusiones importantes más allá del ámbito académico debido a que «repercute en el empleo y los sueldos de los ciudadanos. La mayor parte de la población pasa la mayor parte de su tiempo en el trabajo. El bienestar familiar depende de los ingresos que generan estos empleos. Saber cuántos y qué tipo de empleos puede albergar un país resulta fundamental para averiguar modos de mejorar la situación laboral de la población».
La investigación del profesor Pissarides en torno a la economía laboral nace del deseo de comprender y explicar problemas. Cuando puso en marcha sus estudios, la bibliografía al respecto no ofrecía demasiada información sobre la forma de modelar soluciones para los problemas descritos: «Aprendimos varios métodos distintos que conducían a distintas conclusiones y recomendaciones políticas, pero nadie nos explicaba cuál estaba en lo cierto y cuál era erróneo. Decidí poner en marcha mi investigación sin tenerlos en cuenta, empezando de cero, y a partir de ahí, contando con mis propias herramientas, comprobaría dónde encajan los demás métodos».
El profesor Pissarides comenta que trabaja «mejor en una oficina sin música ni interrupciones de ningún tipo ; «tan solo una mesa vacía frente a mí con una pluma, un papel o un ordenador portátil. La mayor amenaza a este entorno ideal es Internet y todo lo que ofrece: correo electrónico y acceso a sitios web tanto relacionados con el trabajo como muy ajenos a este. Por supuesto soy consciente de los beneficios de Internet; resulta indispensable para realizar mi trabajo. Pero a menudo necesito más disciplina de la que tengo para utilizar Internet de manera eficaz antes de que me absorba por completo».
El origen de las ideas
La economía no fue su primera opción: «Fue casual. Nunca me lo planteé cuando era joven. Prefería las ciencias o la arquitectura. Pero cuando mis padres me sugirieron que me dedicase a la contabilidad acepté a regañadientes con la condición de cursar estudios de economía. Al estudiar económicas descubrí que satisfacía mi curiosidad por el descubrimiento científico. A partir de ese momento me mantuve fiel».
El profesor Pissarides afirma que el origen de su investigación se remonta a cuando escribió «dos ecuaciones sencillas que podrían representar la famosa curva de Beveridge (la relación empírica entre el desempleo y la oferta de puestos de trabajo)». «Me las imaginaba funcionando del mismo modo en el que los economistas del empleo la describieron y con capacidad para generar un ámbito de investigación dedicado a los mercados con fricciones, mercados que no logran el pleno empleo del modo en el que se describe en la teoría general».
De este modo comenzó una publicación citada como el origen de la investigación que proporcionó al profesor Pissarides el Premio Nobel en 2010.* A pesar de su relevancia, lo describe como un «momento «eureka», pero no del tipo que te impulsa a salir corriendo a la calle desnudo. Además, en Londres hace bastante frío, por no mencionar otros posibles peligros».
El profesor Pissarides define el efecto de la subvención del CEI como un factor que le capacitó para «centrarse en un tema muy importante y contar con el apoyo necesario para investigarlo. Absolutamente todo lo que se ofrece contribuye a la investigación: desde el apoyo administrativo hasta el tiempo de exención que negocian con tu institución, pasando por los asistentes y los colaboradores. Me siento muy afortunado de haberla obtenido».