La final de la Eurocopa en la capital ucraniana, Kiev, además de acontecimiento deportivo internacional, supone un lío diplomático para los primeros ministros de España e Italia, países que se enfrentarán por el título europeo. Mariano Rajoy y Mario Monti acudirán a ver el partido, a pesar del boicot europeo a Ucrania por el caso de Yulia Timoshenko.
Tanto el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, como el del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, invitados a Kiev, han rechazado asistir manteniendo su promesa de hacer un gesto contra el presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, por considerar que no se respetan los derechos humanos en el caso de la exprimera ministra encarcelada.
Rajoy y Monti se han visto en el dilema de seguir los pasos de sus colegas europeos o romper el boicot atendiendo a sus respectivos intereses nacionales, cuando estar en la final de la Eurocopa da evidentes réditos de piña nacionalista. El presidente del gobierno español ha dicho que estar allí es su «obligación» porque «la Roja» es un «orgullo para muchos españoles». Monti, según algunas fuentes, se ha justificado diciendo que Merkel le confesó que ella también habría ido a Kiev si Alemania hubiera llegado a la final.
Uno y otro buscan fórmulas para no sentarse en el palco de autoridades junto al ucraniano Yanukovich, para que nadie pueda interpretar su presencia como un respaldo a su política, pero la cosa está complicada. El príncipe Felipe viajará al Estadio Olímpico de Kiev y allí también estará el primer ministro polaco, Donald Tusk, como coanfitrión de la Eurocopa y además quien preside el partido es el presidente de la UEFA, Michel Platini.
Para complicar aún más la situación, varios medios internacionales informan de que, entre los invitados por Yanucovich, estará el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, declarado persona «non grata» en la UE, por su política de represión contra la oposición política y por mantener la pena de muerte.
Las delegaciones de los países implicados y la UEFA estudian el protocolo para que la fiesta deportiva no quede empañada por la política. Se dice que Rajoy y Monti no tendrán más remedio que sentarse junto a los otros líderes políticos pero harán algún gesto de apoyo a los líderes opositores ucranianos.