Antes del pitido inicial en el Metalist Stadium de Karkhov los dos entrenadores dejaban claro que sólo servía la victoria. El seleccionador holandés, Bert van Marwijk ha salido con un objetivo claro. «Sabemos desde el principio que tenemos que vencer por dos goles de margen si Alemania gana. Vamos a hacer nuestro partido». Paulo Bento, seleccionador luso declaraba «Si no creyera en las posibilidades del ëxito no estaría aquí. Todo depende de nuestra habilidad, nuestra organización y talento». Él sí tenía un as en la manga: el madridista Cristiano Ronaldo.
A Holanda sólo le valía la victoria. A Portugal le servía el empate. La naranja mecánica debía ganar por dos goles y esperar que Dinamarca perdiera. En anteriores enfrentamientos la selección lusa había ganado a Holanda 6 partidos, había empatado tres y perdido sólo uno. Dos jugadores, puestos en tela de juicio en el campeonato, debían demostrar que iban a ser decisivos: Ronaldo y Robben. Lo ha sido el primero.
El encuentro ha respondido a las expectativas, un gran gran espectáculo. Holanda quería hacer bien los deberes desde el principio. Fruto del dominio en el campo, en el minuto 11, Van der Vaart, rompía la red portuguesa con un gran gol desde fuera del área. Manejaba Holanda el balón a su gusto mientras los portugueses especulaban a la contra. Los alemanes marcaban en Polonia y el triple empate entre Holanda, Portugal y Dinamarca favorecía a los ibéricos.
Pero en el minuto 25 marcaban los daneses y todo eran nubarrones para los equipos que disputaban el partido en Karkhov. Ahí salió la figura de CR7. Lo intentó en solitario, pero necesitó un pase de Pereira para batir a Stekelengurg en el minuto 27. Portugal respiraba por partida doble, porque empataba y porque su ídolo nacional se entonaba.
Tras el descanso los portugueses mejoraban su defensa y utilizaban la técnica del contragolpe. Holanda, axfisiada dejaba demasiados huecos y Portugal en el minuto 74 pudo hilvanar una buena jugada entre Cristiano, Moutinho, Nani y otra vez Ronaldo, que fusiló de nuevo al guardameta holandés. Stekelengurg no pudo lucirse como en dos ocasiones anteriores en las que había detenido el esférico al crack portugués.
Aunque no les sirvió de mucho, los holandeses también contaron con varias ocasiones en las piernas de Van der Vaart, Sneijder, Huntelaar y Van Persie. Holanda luchó hasta el final, aunque no obtuvo recompensa. El centrocampista holandés, Van der Vaart, lo ha dicho claro, «hemos tenido muchas ocasiones pero no hemos sido capaz de aprovecharlas».
Desde 1988, cuando se proclamó campeona de Europa, Holanda siempre había superado la fase de grupos.... aunque tampoco había llegado nunca más a la final.