Se enfrentaban en el Metalist Stadium de Járkov (Ucrania), ante 35.000 aficionados, dos de las selecciones favoritas para ganar esta Eurocopa. Pero tenían necesidades diferentes, ya que Holanda pinchó contra todo pronóstico en la primera jornada ante la selección danesa y necesitaba la victoria para no quedarse descolgada, debido a que horas antes Portugal había vencido a Dinamarca. En frente tenía a una de las selecciones de moda, la que mejor fútbol practica, y no se lo iba a poner nada fácil.
El partido comenzó con alternativas para ambos equipos, en las que las ocasiones de gol se iban sucediendo en ambas porterías sin que hubiera un dominador claro, y el premio del gol podía llegar para cualquiera de los dos equipos en cualquier momento. Pero esta situación comenzó a cambiar poco a poco y Alemania cedió la posesión ante una selección holandesa que tocaba y tocaba el balón de una manera tan inocente que no creaba apenas peligro, mientras el conjunto alemán tenía muy claro qué tipo de juego tenía que hacer para llevarse la victoria.
Con el partido en el terreno en el que quería el técnico alemán Löw, solo necesitaron esperar al momento oportuno para dar el zarpazo y desequilibrar la balanza a su favor. Y ese momento llegó en el minuto 24, cuando el excelente delantero del Bayern de Múnich, Mario Gómez, define de manera magistral un formidable pase de su compañero de equipo Schweinsteiger, que demostró una vez más el gran talento que atesora y que tan necesario es para el esquema de juego de los alemanes.
Tras el gol, la selección holandesa se decantó por seguir haciendo ese fútbol de posesión con el que sus jugadores no metían miedo a una selección alemana muy bien posicionada en el campo y que jugaba con mucha cabeza, hasta que en el minuto 38 volvieron a reencontrarse con el gol, gracias a un derechazo nuevamente del bigoleador de la noche, Mario Gómez, lo que le ponía las cosas muy cuesta arriba a la subcampeona del mundo.
No contento con lo que estaba sucediendo en el campo, el entrenador holandés decidió mover fichas y dio entrada a Huntelaar y Van der Vaart por Affellay y Van Bommel en la segunda mitad, lo que hizo que llegaran más balones al área alemana y crearan algo más de peligro, aunque los alemanes siguieron con su dominio de la situación. Como consolación insuficiente, la insistencia en ataque de los holandeses propició que en el minuto 73 acortaran distancias por mediación de Van Persie, el mejor con diferencia de los «oranje».
La selección holandesa lo intentó hasta el último momento, consciente de lo que se jugaba, pero su esfuerzo no obtuvo los frutos deseados, ya que enfrente tenía a una excelente selección que aspira a todo en este europeo. Con esta importante victoria, Alemania se queda como líder en solitario de este difícil grupo y con la clasificación prácticamente confirmada y deja a Holanda en una situación crítica ya que no depende de sí misma para estar en cuartos de este Europeo en el que partía como una de las favorias.
El entrenador alemán ya piensa en la siguiente fase y al término del encuentro dijo que «es importante ganar el grupo para quedarnos en Gdansk, lo que será una ventaja para los cuartos». Su colega holandés, Bert Van Marwijk, resignado, no pierde la esperanza: «Es una pena que no hayamos podido remontar, pero tenemos que continuar creyendo en nosotros mismos y luchando. Nos queda una oportunidad (para pasar a cuartos) y hay que creer en ella».