Antes del inicio del torneo la Unión Europea propuso un boicot político para protestar por el proceso judicial contra la expresidenta ucraniana Yulia Timoshenko y para denunciar la falta de respeto de los derechos humanos en ese país. Posteriormente dejó libertad a cada país para que decidiera su postura. Precisamente mañana un alto tribunal de derecho civil y penal debe decidir sobre el futuro de Timoshenko, condenada a siete años de cárcel y actualmente internada en una clínica por problemas de salud.
Hasta ahora ningún representante político con responsabilidades de alto nivel, había asistido a los partidos de las selecciones. Incluso este fin de semana en el partido España-Francia tampoco hubo presidentes ni primeros ministros. El próximo fin de semana en Donetsk se enfrentan España y Portugal y la final del campeonato se celebrará en Kiev, la capital ucraniana.