Mersch debía comparecer ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara el próximo 10 de marzo. Según la legislación de la UE, los candidatos al directorio del BCE deben comparecer ante los eurodiputados. Su opinión no es vinculante pero el nombramiento no puede producirse sin que el Parlamento Europeo se pronuncie.
La presidenta de la comisión parlamentaria, la británica liberal Sharon Bowles, es quien ha paralizado el proceso. Dice la eurodiputada que en mayo escribió al presidente del Eurogrupo solicitando que se tuviera en cuenta al menos un candidato de cada sexo antes de hacer una recomendación para sustituir al español Gónzalez Páramo, así como un plan a medio plazo para facilitar el avance de las mujeres en puestos de influencia del BCE, bancos centrales nacionales y ministerios de Finanzas.
Bowles dice que tuvo «alguna respuesta verbal de que no había mujeres adecuadas para el cargo como candidatas, pero ninguna respuesta oficial». El Eurogrupo barajó el nombre de tres hombres candidatos, entre ellos, el de otro español, Antonio Sáinz de Vicuña, que fue derrotado en la selección. Así que la parlamentaria considera que «nuestras preocupaciones no se han abordado de manera suficientemente rigurosa y que no es adecuado proceder a la audiencia en este momento».
Bowles recalca que ahora no hay ni siquiera una mujer sentada en la mesa de una de las instituciones más poderosas y esenciales de la UE. «Los efectos simbólicos y prácticos de esta ausencia no pueden ignorarse».