El diferencial del bono español a 10 años con el alemán ronda este viernes los 420 puntos, 30 menos que ayer, con una rentabilidad por debajo del 6%, la mejor cifra desde el pasado mayo. En la bolsa de Madrid, el Ibex 35 registra unas ganancias del 1,5% y ha llegado a superar los 8.000 puntos. También baja la prima de riesgo italiana y todas las bolsas europeas suben. La disponibilidad de un cortafuegos europeo ha repercutido también en los mercados exteriores y Wall Street recuperaba anoche índices similares a los registrados antes de la crisis.
La decisión del Banco Central Europeo de poner herramientas para que los países de la eurozona puedan reducir sus altos costes de financiación era la gran reclamación de los gobiernos europeos que atraviesan dificultades, pero también de los dirigentes comunitarios y de la OCDE, como única fórmula para rebajar la presión sobre España e Italia.
Sin embargo, la segunda parte de esa decisión tiene muchos más flecos. Solo habrá intervención del BCE si el país en cuestión solicita ayuda financiera al Fondo de Estabilidad Financiera europeo o su sucesor, el Mecanismo de Estabilidad, y ahí se abren las dudas sobre la condicionalidad que puede tener esa petición.
Desde fuentes europeas y del propio gobierno español se repite que no habría más condiciones para España a cambio del rescate blando, porque ya se han aprobado todas las medidas necesarias para reducir el déficit según las exigencias de Bruselas. Lo que sí habría sería una estricta vigilancia del cumplimiento de los compromisos.
El BCE ha tomado la decisión con la oposición del Bundesbank alemán y este viernes, el representante de Berlín en la institución monetaria, Jörg Asmussen, reiteraba que la compra de bonos «solo puede llevarse a cabo si el país afectado se somete a duras condiciones para acometer reformas. Esto es un imperativo y una condición necesaria para que actuemos».
El gobierno español estudia ahora el panorama abierto que se le presenta. Rajoy dijo ayer que «cuando haya alguna novedad, se la contaré» y reiteró ante la canciller alemana, Angela Merkel, que España seguirá por el camino de las reformas. Mientras ya se abre el debate sobre la oportunidad de abrir el proceso de petición de ayuda. La patronal española pide que se tome la decisión «lo más pronto posible». El vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, ha dicho este viernes que España es casi un país «en suspensión de pagos». Los sindicatos UGT y CCOO, sin embargo, han calificado de «indeseable» el rescate. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha dicho que «los rescates provocan un efecto demoledor y no resuelven los problemas».
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya ha advertido que su partido «no va a apoyar un rescate que suponga esfuerzos adicionales». Para Rubalcaba, la situación actual en España se debe a «la mala cabeza del gobierno».