Durante todo el primer semestre de este año, desde que en enero llegó al poder Syriza, la saga griega prácticamente monopolizó la atención de los políticos de Europa. Incluso mientras la economía de su país se desmoronaba, el nuevo gobierno griego se mantuvo firme en su exigencia de obtener alivio para su deuda sin someterse a planes de austeridad.
Cabe preguntarse si los problemas de Grecia destruirán la unión monetaria europea o revelarán la forma en que puede salvarse. El último y polémico acuerdo de rescate (que algunos compararon con el Tratado de Versalles de 1919, en el que Grecia ocuparía el lugar de la Alemania de entonces) es el último giro de la saga existencial de la eurozona.
El Consejo de Expertos Económicos del gobierno alemán presentó el 27 de julio un informe a la canciller Angela Merkel, con una serie de recomendaciones sobre cómo un país débil puede salir de la zona euro. El informe propone básicamente fortalecer la Unión Monetaria Europea.
Un gobierno griego obligado a doblegarse hasta lo imposible, un referendum ignorado, la complicidad francogermana herida, la diplomacia por el compromiso europeo reemplazada por ultimatums, el euro en el limbo, grandes zonas de Europa contagiadas por el resentimiento y el temor a los alemanes, y 83.000 millones más de euros malgastados en un paquete de rescate condenado al fracaso. No es exactamente como se supone que deben funcionar las políticas de éxito.
El pueblo griego ha hablado. En un referéndum que será histórico, ha rechazado decisivamente el acuerdo ofrecido por los acreedores de su país. Sin embargo, en el partido gobernante, Syriza, las cosas no están tan claras.
The Greek people have spoken. In an historic referendum, they have decisively rejected the deal offered by their country's creditors. Within the ruling Syriza party, however, things are not quite so straightforward.
«Necesitamos un discurso esperanzador. ¿Quién debe dárnoslo? Alemania». El ministro de Finanzas griego ha regresado a Berlín para reforzar su propuesta de remar juntos hacia una Europa diferente. Tras reunirse con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, en una cita que ha calificado de «productiva» y «amigable», Yanis Varoufakis ha sido recibido como la estrella principal de una conferencia organizada por la Fundación Hans-Böckler.