El Parlamento Europeo ha votado esta semana un resolución en la que insta a Armenia y Turquía a que retomen sus relaciones diplomáticas, así como la necesidad de que Ankara reconozca el genocidio armenio. Sin embargo, es la opinión de la Eurocámara, el Ejecutivo comunitario y los Estados se resisten a llamarlo así, conscientes de que no pueden permitirse una crisis diplomática con un país candidato.
Lo que durante mucho tiempo ha permanecido recogido, anónimo y sin noticias extraordinarias, merece en un «santo día», adquirir el brillo puntual de la popularidad. Y ésto es lo que ha pasado hace unos meses, en Bricco Marmoritto de Portacomaro Stazione, una población piamontesa llena de sosiego, trabajo y autenticidad.