Nuevos testimonio e investigaciones se unen a la condena a los años más negros del régimen soviético. En 1937, vigésimo aniversario de la revolución, la Unión Soviética era, como el título de una de sus revistas más divulgadas (URSS en construcción), un país en construcción. Moscú era una ciudad tomada por las grúas y los andamios, desperdigados en decenas de grandes obras, desde el metro a las nuevas fábricas, del Canal a los grandes rascacielos y los nuevos edificios oficiales.
Un ensayo de Iván Tolstoi recoge las maniobras para la publicación en occidente de la obra del Nobel Boris Pasternak.A finales de otoño de 1956, un avión que cubría el trayecto de Roma a Milán cambió su rumbo por causas «técnicas» y aterrizó en la isla de Malta. Unos hombres entraron en el compartimento de equipajes y de una maleta extrajeron un grueso manuscrito que llevaron a una habitación aislada del aeropuerto. Los pasajeros fueron conducidos a una sala de espera y al cabo de dos horas regresaron al avión, que prosiguió su camino.
Chernóbil vive instalado en la memoria colectiva del mundo. El 26 de abril de 1986 se fundió el núcleo del reactor número cuatro de esta central nuclear ucraniana, por entonces dentro de la Unión Soviética, provocando el accidente nuclear más grave de la historia. Hoy se cumplen 28 años de este suceso que «puso en evidencia la peligrosidad de esta fuente de energía, puesto que tuvo y tiene todavía unos efectos devastadores», según Ecologistas en Acción.