Cuando los líderes de la Unión Europea disfruten el jueves 17 y el viernes 18 de sus vuelos exclusivos, sus suites de lujo y sus limusinas oficiales, en una nueva cumbre en Bruselas, para adoptar una decisión final sobre su propuesto plan de usar los refugiados como moneda de cambio, es probable que 20.000 sirios sigan aún en el campo de refugiados de Idomeni en Grecia, en una situación descrita como «peor que la Primera Guerra Mundial».
Cuba y la Unión Europea preparan la firma de un acuerdo marco de diálogo político y cooperación, que profundizará a largo plazo las relaciones bilaterales y dejará sin efecto la llamada «posición común», una política restrictiva del bloque que empañó las relaciones entre Bruselas y La Habana.
«Sé exactamente lo que significa perder tu casa, perder tus pertenencias», aseguró Maher Nasser, director de la División de Extensión del Departamento de Información Pública (DIP) de la ONU, en el discurso de apertura de una sesión informativa sobre la crisis de los refugiados.
Cuando los sirios han conocido que importantes dirigentes mundiales se acaban de embarcar en una confrontación sin precedentes, amenazando incluso con desatar la III Guerra Mundial, en vez de acordar un alto el fuego humanitario, seguramente han caído en una desesperación aún más profunda.
La Unión Europea pone en marcha este lunes el Cuerpo Médico Europeo, cuya finalidad es contribuir a la movilización de equipos especializados en medicina y salud pública y de material para emergencias dentro y fuera de la UE.
La terrible crisis que sacude a Oriente Medio y atemoriza a más de medio mundo es ciertamente un desafío para Occidente, que sin embargo responde de forma dispersa. Esto se debe, por un lado, a análisis divergentes y por el otro a intereses contrapuestos.
Ocho de las principales economías del mundo duplicarán su oferta de energía renovable hacia 2030, si cumplen con los compromisos que presentaron para contribuir a frenar el calentamiento global, y que se incluirán en el nuevo tratado climático.