Renovado el Parlamento Europeo y en pleno proceso para rematar los fichajes de los nuevos comisarios de la ejecutiva Juncker, se abre un periodo en Bruselas, a menudo turbio, en el que altos exfuncionarios de la UE se disponen a buscar nueva colocación. Ofertas no les faltan, grandes empresas lobistas les reciben con los brazos abiertos a modo de merecida recompensa por su trabajo en la formulación de regulaciones favorables. De la mano de organizaciones civiles para la «transparencia política», repasamos algunos ejemplos recientes de este comportamiento que la nueva Comisión promete erradicar.
El Consejo de Europa está decidido a acabar con todos los escándalos derivados de la manipulación de los torneos deportivos. El Comité de Ministros ha autorizado que se organice una Convención para lidiar contra toda estafa que afecte al mundo del deporte.
Por primera vez, cerca de 1.300 empresas de EE UU informaron sobre si los productos que fabrican o venden contienen minerales que financian los conflictos armados en la región de los Grandes Lagos de África central. Ha sido el primer resultado concreto de una ley aprobada en 2010 para ayudar al cese de la prolongada guerra civil en República Democrática del Congo (RDC).
Más de un millar de candidatos al Parlamento Europeo dieron su compromiso y apoyo para luchar «contra la influencia de los excesivos grupos de presión de bancos y grandes compañías». 165 de los firmantes han sido elegidos y reman ya a favor de una Eurocámara que opere guiada únicamente por el interés público, una ética consistente y reglas transparentes.
Son malos tiempos para el periodismo. Cierre de medios de comunicación y despidos de periodistas en los países occidentales. Asesinatos, secuestros y torturas en países conflictivos. Las organizaciones de periodistas denuncian que la transparencia informativa ha descendido en casi todos los países, incluidos Estados Unidos o Europa, que aunque siguen siendo las zonas del mundo con mayor libertad de prensa, han aumentado su control sobre informadores e informantes.
Las asociaciones por la Transparencia y la Ética piden a los candidatos a las elecciones europeas que «defiendan a los ciudadanos y a la democracia, frente a la enorme influencia de los grupos de presión del sector financiero». La iniciativa, en la que están implicadas organizaciones de 19 países de la UE, ha sido bien acogida por muchos líderes de los grupos del Parlamento Europeo.