La inauguración del banco del BRICS en la ciudad china de Shanghái el 21 de este mes, tras la séptima cumbre que las cinco mayores economías emergentes del mundo celebraron en Rusia, confirma el rápido surgimiento de una arquitectura financiera alternativa.
Las cinco economías emergentes que integran el BRICS comenzaron su séptima cumbre este miércoles en Rusia, en la que inaugurarán el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), mientras que 40 organizaciones sociales de todo el mundo exigieron transparencia y democracia al novel organismo financiero.
La Sexta Cumbre del BRICS ha concitado más atención que las demás reuniones de su tipo en la corta historia de la alianza, y no solo de sus propios miembros: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Dos grupos externos definidos por intereses divergentes han seguido de cerca la cumbre, celebrada en la nororiental ciudad brasileña de Fortaleza y en Brasilia la pasada semana.
Las primeras instituciones comunes del BRICS son financieras y nacen como sucedáneo de las reformas en un sistema internacional donde persisten desequilibrios de poder, ignorando el nuevo peso de los países emergentes. Pero el Acuerdo de Reservas de Contingencia, el fondo monetario de los países del BRICS, también se creará sin equilibrar la composición de sus recursos, y eso podría repetir hegemonías corrosivas.
Pretoria se ha convertido en la segunda ciudad, después de Washington, para las misiones diplomáticas según su embajadora en Madrid, Fikile Magubane. No solo para la diplomacia también para los negocios. Sudáfrica es la primera economía del continente africano y el único miembro de la región en el G-20. Magubane ha destacado la gran oportunidad de negocio que podrían tener las PYMES españolas en su país.
Sudáfrica intenta frenar sus emisiones de gases de efecto invernadero y para eso quiere poner un impuesto al dióxido de carbono (CO2) que los grandes contaminadores arrojan a la atmósfera.
La transición hacia una economía baja en carbono será más fácil para Sudáfrica –que ocupa el lugar 12 en volúmenes de CO2— si las empresas que contaminan pagan por la cantidad de gas que emiten.