Cuando la canciller de Alemania, Angela Merkel, defendió la política de inmigración de su gobierno y anunció que su país recibirá un millón de refugiados, en su mayoría de Siria, miembros de su partido, la Unión Demócrata Cristiana, la aplaudieron de pie durante nueve minutos.
Las gestiones para hallar una solución política a la guerra civil de Siria, que comenzó en marzo de 2011, continúan. En la última semana, distintos grupos opositores al gobierno de Bashar al Assad han organizado tres conferencias con ese fin que se han realizado en Damasco, Derik - una ciudad norteña controlada por los kurdos de Siria - y Riad, la capital de Arabia Saudita.
«Menos Siria y más Soria», es el consejo que Barack Obama, David Cameron y François Hollande parecieran recibir del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, maestro en la prudencia gallega y la indecisión contrastante con su antecesor José María Aznar, quien antaño se mostró raudo y veloz en ofrecer tropas al entonces mandatario estadounidense George W. Bush para la invasión de Iraq, en marzo de 2003, antesala de la guerra en Siria.
La cantidad de personas desplazadas en el mundo ha alcanzado su máximo histórico, por lo que la migración se ha transformado en sinónimo de crisis humanitaria. Dados los costes económicos, políticos y morales que conlleva la migración en masa - y en particular la experiencia que se ha estado desarrollando este año en Europa -, es cada vez más evidente la necesidad de contar con un conjunto universal de normas y principios, así como el deseo de que la gente pueda mantenerse con seguridad en sus hogares.
Imagínese el tener que aventurarse en una zona de guerra en busca de agua debido a que las fuerzas insurgentes y gubernamentales atacaron las cañerías y luego imagínese caminando kilómetros bajo el sol ardiente del verano, para luego esperar durante horas en un grifo público para llenar sus recipientes.
Que el terrorismo yihadista se ha convertido en una de las pesadillas que atormenta por las noches a los legisladores internacionales de la Unión Europea y Naciones Unidas es una realidad más que aplastante. Numerosas son las políticas que han puesto en marcha estas instituciones para la lucha contra el terrorismo.
Hace apenas 10 meses, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció que la población de refugiados de Siria había llegado a los tres millones. Ahora esa cantidad ha superado ya los cuatro millones.