La actriz Angelina Jolie y el ministro de Relaciones Exteriores británico William Hague, han inaugurado en Londres la primera cumbre mundial contra la violencia sexual como arma de guerra. Según la ONU, 36 mujeres y niñas son violadas cada día en la República Democrática del Congo, más de 200.000 mujeres han sido forzadas en ese país desde 1998.
El hijo de Claudine Umuhoza cumplió 19 años el 1 de abril. Es uno de los miles y miles de niños concebidos durante el genocidio en Ruanda, pero no está reconocido oficialmente como un sobreviviente. Su madre sí. Dos décadas después de la masacre de un millón de miembros de la etnia minoritaria tutsi y de hutus moderados, la mayor parte de la población actual todavía hace malabares para soportar el peso de aquella violencia.
Las mujeres lideran en Ruanda 20 años después del genocidioHace un solo día, en una publicación digital que leo a diario y donde se ejerce –en general- un periodismo de cierta calidad, me vi sorprendido por un titular de claro sesgo antisemita. El titular encabezaba una historia de interés, por eso me pareció aún más inquietante. ¿Cómo es posible?, me dije.
Cuando la parlamentaria ruandesa Veneranda Nyirahirwa era adolescente, no le permitían ir a la escuela secundaria por su condición étnica. Tras el genocidio perpetrado por el Estado en 1994, y tras asumir un nuevo gobierno, pudo cursar la educación secundaria. Entonces, ya tenía más de 20 años, pero aprovechó bien la oportunidad.
Hace casi 20 años el hutu Sylidio Gashirabake participó en el genocidio en Ruanda. El mismo timpo que el tutsi Augustin Kabogo, perdió a su hermana y a otros familiares en aquella violencia sectaria. Pero ahora los dos trabajan codo con codo en una empresa, en el sudoriental distrito de Kirehe. Se estima que 800.000 miembros de la minoría tutsi y moderados hutus murieron en la masacre